HISTORIAS CRUELES
Tuvo una cita por Tinder... y le robaron 20 mil dólares
Pasó de beber un campari con naranja a despertarse, maniatado con precintos, sin mujer y sin billetes.El hombre había hecho contacto por Tinder, y el martes por la noche decidió que estaba madura la ocasión para encontrarse en una cita, con ella, la mujer que aparecía propicia para encarar una aventura, el principio de un conocimiento. Se encontraron y fueron al departamento de él. Se despertó varias horas después, sin los 20 mil dólares que trabajosamente había juntado, de a 200 por mes, en este país de restricciones y encuentros que finalizan mal.
La historia la contó Walter, por Telefé, y fue reflejada por algunos diarios este sábado de noticias reiterativas y cansadoras. El hombre engañado por quien en la jerga policíaca se sigue denominando “viuda negra”, a pesar de los aggiornamentos del lenguaje, contó que llegaron a su casa, y prepararon unos camparis, y el lo notó más amargo que de costumbre, y, después, ya no recuerda gran cosa.
Se despertó con las manos y los pies atados con precintos plásticos. Gritó, hasta que una vecina escuchó los lamentos. La ayuda llegó. Su cita de Tinder, obviamente, no estaba. Tampoco estaban los 20 mil dólares que guardaba en una cajita de madera, una ingenuidad tan cruel como confiar en una cita pactada desde la virtualidad.
Las cámaras de seguridad mostraron cómo la mujer les abrió la puerta a dos cómplices, a eso de las 10 y cuarto de la noche, y cómo apenas 15 minutos después los tres se fueron, perdiéndose en el anonimato de la noche.
“Los venía juntando de a 200 (a los dólares). Son cosas que pasan, uno labura, se rompe el lomo, y te cae esta gente que en dos minutos llega y te roba todo. No está bueno hay que denunciarlo para que esto no vuelva a pasar”, contó después Walter, en Telefé.
Es posible que el deseo no se cumpla. Siempre hay una “viuda negra” a la vuelta de la esquina, riéndose del lenguaje inclusivo, los aggiornamentos, la pátina plástica de una realidad que, en el fondo, no cambia.