La ola de calor, impiadosa, impulsó a Angélica Norma Puppo, una jubilada de 78 años, a ir hasta la casa de su hija, Yésica Barella, a buscar un ventilador que le había prestado. No se sabe qué pasó dentro de esa casa. Nada bueno, tal vez una catarsis de muchos años. Lo cierto fue que, ya en la vereda, la jubilada fue atacada con un certero cuchillazo por su hija. La llevaron al hospital de Trenque Lauquen, pero el cuchillo de cocina le había destruido el ventrículo izquierdo del corazón. La mujer murió.
El crimen ocurrió ayer cerca de las 22, en la calle Mariano Moreno al 1000, de Trenque Lauquen. La jubilada había ido hasta allí, donde está la casa en la que vive su hija, a buscar el ventilador prestado. Con el electrodoméstico ya entre sus manos, llamó a un remise para regresar a su vivienda. El auto llegó rápido, y Puppo introdujo el ventilador en el asiento trasero. En ese momento, cuando estaba de espaldas a la vereda, fue atacada por Yésica. La hija había salido de la vivienda silenciosamente y con un cuchillo de cocina en la mano, que hundió con fuerza en la espalda de su madre.
El conductor del auto de alquiler alcanzó a ver lo que pasaba sin poder intervenir. Lo más rápido que pudo, terminó de meter a la mujer herida en el auto, y la trasladó hasta el hospital local. Pero poco se podía hacer ya, y la jubilada murió a los pocos minutos de ser ingresada en la guardia.
“Cuando llegó al hospital la mujer dijo que la atacó su propia hija”, informó la agencia de noticias Télam, que indicó además que el cuchillazo había sido "certero y letal". Una única herida, que afectó la zona del tórax y le perforó el ventrículo izquierdo del corazón. Imposible recuperar a un paciente con ese daño y 78 años de edad.
El principal testigo del parricidio declaró ante la policía que la hija de Puppo fue quien la había atacado, por lo que agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Trenque Lauquen arribaron al domicilio, resguardaron la escena del crimen, y detuvieron a la mujer. Del interior del auto se secuestró el arma blanca, con el mango de madera y la hoja gastada, utilizada para cometer el crimen.
“Había una cuestión familiar de vieja data entre ellas que puede ser un posible disparador”, expresó una fuente del caso. La causa quedó caratulada como “homicidio agravado por el vínculo”, en un expediente que lleva adelante la fiscal Karina Tallarico, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Trenque Lauquen. La asesina fue trasladada a un centro médico, donde se le realizaron estudios psicológicos y psiquiátricos. Se determinó que estaba perfectamente consciente de lo que había hecho.