El 29 de junio de 2010, Viviana Haeger desapareció misteriosamente de su hogar en Puerto Varas, Chile. Esa mañana, después de preparar el desayuno para sus hijas y ver cómo su esposo, Jaime Anguita, las llevaba a la escuela, la mujer no fue vista nunca más con vida. A pesar de los intensos esfuerzos de búsqueda y la hipótesis inicial de secuestro, su cuerpo fue hallado 42 días después, en un entretecho de su propia casa.
El caso de Haeger fue controvertido desde el inicio, con varias autopsias, versiones contradictorias y una resolución judicial que dejó al país dividido. Hoy, el único condenado por el crimen, José Pérez Mancilla, quien confesó haber sido contratado por el esposo de Viviana para asesinarla, ya está en libertad.
Una desaparición rodeada de incertidumbre
Viviana, una contadora de 42 años y madre de dos hijas, desapareció sin dejar pistas claras. Sus pertenencias estaban tiradas en su cama, su auto seguía en la casa, pero ella no estaba. Anguita, tras recibir una llamada de extorsión, creyó que se trataba de una estafa y no prestó atención. Al ver que su esposa no recogió a su hija del colegio, la familia comenzó a sospechar que algo andaba mal.
La policía y la familia rastrillaron la ciudad durante días sin éxito. Aunque se investigó la posibilidad de un secuestro, no había pruebas contundentes. Lo más sorprendente ocurrió el 10 de agosto, cuando Jaime Anguita, alertado por un "mal olor", encontró el cuerpo de su esposa en el techo de su casa, algo que la policía no había advertido durante semanas de búsquedas.
La primera autopsia descartó la participación de terceros en la muerte de Haeger, lo que generó dudas sobre las circunstancias del fallecimiento. Cuatro meses después, un informe forense señaló que la causa de muerte fue intoxicación por herbicida, pero no todos estaban convencidos.
La madre de Viviana, Delia Massé, nunca dudó en culpar a su yerno, señalando que la relación de la pareja estaba llena de tensiones y humillaciones. La investigación siguió su curso hasta que en 2015, José Pérez Mancilla, un empleado de Anguita, confesó haber matado a Haeger por encargo del esposo.
Una sentencia polémica
El juicio que siguió estuvo lleno de incertidumbres. La fiscalía pidió cadena perpetua para Jaime Anguita, acusándolo de ser el autor intelectual del crimen. Sin embargo, en 2017, el Tribunal Oral en lo Penal de Puerto Montt lo absolvió, al considerar que no había pruebas suficientes que lo incriminaran directamente. Pérez Mancilla fue condenado por el homicidio, pero a solo 10 años de prisión.
En 2023, a menos de una década de su condena, Pérez Mancilla fue liberado bajo libertad condicional por buena conducta.