La historia de un falso secuestro extorsivo, comenzó como una privación ilegal de la libertad en Castelar sur y finalizó con una madre desesperada entregando la suma de dos millones de pesos a cambio de la liberación de su hijo en una estación de servicio de José C. Paz. Todo ocurrió de esa manera, salvo un detalle: era todo mentira.
Un llamado al 911 por una mujer con domicilio en la calle Sadi Carnot al 100 de Morón, alertó a los investigadores que a su hijo, de 35 años, lo habían llevado cautivo en un auto y que le pedían, para su liberación, que entregara esa suma de dinero en efectivo.
De inmediato se activó el protocolo de intervención en estos casos, que inicialmente se creyó que era un secuestro extorsivo.
“Aunque de entrada se sospechó que algo extraño había, porque para un secuestro es una cifra ínfima”, agregó.
Una madre desesperada y el pago de rescate en una estación de servicio
La mamá siguió las instrucciones del titular de la Secretaría Nº 3 de la justicia federal de Morón, Sebastián Bauset, quien trabajó el caso junto al fiscal Basso. Nada cerraba de la escena: las comunicaciones exigiendo rescate se hicieron desde el celular de la víctima y hasta intervino su novia, en un claro “estado de nerviosismo y a los gritos, pidiendo que junte la plata”.
Pero eso la madre del muchacho no pudo considerarlo: estaba en shock y dispuesta a hacer lo que sea para recuperar a su hijo. Lo que hicieron entre investigadores judiciales y policiales fue lo de rigor: la mujer consiguió el dinero, prestado por un matrimonio amigo, y se mostró dispuesta a llevarlo a una estación de servicio de José C. Paz. Pero esos billetes tenían una marca identificatoria.
Además, otra vez irrumpió en la secuencia la novia del cautivo, quien se contactó con su suegra para avisarle que había logrado liberar al muchacho pero a “bajo promesa de volver y pagar el dinero adeudado”, detallaron los voceros. Ese monto impago está vinculado a la comercialización de estupefacientes, presuntamente.
“Se lo dio en mano a la novia de su hijo, quien estaba en un automóvil Chevrolet color negro conducido por otro masculino. Pero la Policía siguió el recorrido de ese vehículo hasta la localidad de Tortuguitas y, cuando se detuvo, en el interior de esa vivienda estaba el hasta ahí “secuestrado”.
Indagado por los uniformados, el joven confesó todo. Luego, llevado ante el fiscal Basso, el funcionario dispuso suspender su declaración y dejar sin efecto la causa, que claramente no fue un secuestro. Además, que las actuaciones sean giradas a la justicia provincial para que se investigue la comisión de algún delito, que en este caso podría ser una extorsión contra la madre del muchacho.
Dijo la verdad, pero revisaron el prontuario...
Cuando el joven estaba a punto de ser liberado luego de que se confirmó la historia que inventó, la justicia pidió que se revise su prontuario, como indica el protocolo, y salto un pedido de captura que tenía pendiente.
En rigor, el joven tenía una causa por tentativa de homicidio, amenazas y daño por la cual quedó formalmente detenido y a la espera de ser indagado. Pero no por el falso secuestro, sino por otro hecho delictivo que lo tuvo como protagonista.