La escena parecía sacada de una comedia, pero terminó siendo el cierre de una investigación que llevaba más de un año. Mayra Solorzano, señalada como la líder de una organización dedicada a violentas entraderas en el oeste del conurbano, fue detenida mientras se hacía los reflejos en una peluquería de Gregorio de Laferrere. Cuando los policías irrumpieron, la mujer pidió “un minuto” para arreglarse el pelo antes de subir al patrullero. Llegó a la comisaría con la tintura a medio aplicar.
La detención ocurrió este martes, en un salón ubicado en las calles Piedra Buena y Gutiérrez, tras un operativo encubierto de la DDI La Matanza. Efectivos infiltrados esperaron dentro del local a que Solorzano llegara a su turno y, una vez confirmada su presencia, dieron paso al equipo que concretó la aprehensión.
Solorzano, de 37 años, estaba prófuga desde hacía más de un año. La investigación se había iniciado en enero de 2024, cuando una serie de allanamientos permitió detener a cuatro integrantes de la banda y secuestrar vehículos, celulares y otros elementos clave. El análisis de esos dispositivos reveló que el grupo contaba con un informante policial: el teniente Blas Osvaldo Camacho, que brindaba datos en tiempo real sobre los movimientos de móviles y alertas al 911. Fue arrestado en abril al llegar a su puesto en la base de UTOI.
Según los investigadores, “Mayra” seleccionaba las viviendas a atacar, asignaba los roles y seguía cada golpe desde afuera, siempre en comunicación con Camacho para evitar controles. A la banda se le adjudican al menos ocho entraderas, entre ellas un asalto violento en la casa de un familiar de un fiscal federal de Lomas de Zamora.
Tras meses de seguimientos y escuchas, los detectives detectaron que Solorzano había reservado un turno para hacerse los reflejos en una peluquería de Laferrere. Montaron un operativo silencioso con agentes infiltrados como clientes. Cuando la sospechosa se acomodó en el sillón para comenzar con la tintura, recibieron la orden de avanzar.
En un video grabado por los efectivos, se escucha a la mujer rogar unos segundos para acomodarse el cabello antes de ser esposada. No tuvo éxito: fue trasladada con el pelo teñido a la mitad, un detalle que sorprendió incluso en la comisaría donde quedó alojada.
Solorzano será indagada en las próximas horas. Está acusada de robo agravado por el uso de armas, asociación ilícita y tenencia ilegal de arma de guerra. La causa, que involucra además a un policía como parte de la organización, continúa abierta y podría derivar en nuevas detenciones.