Desde hace meses, María Paz, una vecina de Neuquén, vive una pesadilla cada vez que visita el cementerio central. La tumba de su esposo, fallecido hace más de 30 años, ha sido profanada repetidamente, con destrozos en el nicho, vidrios rotos y hasta el robo de objetos sentimentales que sus hijos dejaron años atrás. “No puedo hacer el duelo en paz. Me dijeron que fue el viento, pero esto parece un huracán”, denunció con bronca en AM550.
La historia la contó en el programa La Primera Mañana, donde relató con detalle cómo, visita tras visita, fue encontrando el mausoleo de su esposo completamente revuelto. “Como todos los días, fui a hacerle la limpieza, a cambiarle las flores. El mes pasado me encontré todo sucio, pero la puerta cerrada. Volví a limpiar y me fui”, comenzó narrando.
Sin embargo, la situación se repitió. A la semana siguiente, la escena fue aún peor. “La puerta estaba abierta. Yo me aseguro de cerrarla siempre. Ya ahí me empecé a preocupar. Volví a limpiar y me fui triste, pero con bronca”, dijo. Pero lo más grave ocurrió el 19 de mayo. “Encontré el vidrio del nicho roto, todo revuelto y sucio. Destruyeron cosas que tenían valor emocional para mí. Juguetes que mis hijos le habían dejado a su papá cuando eran chicos”.
Según explicó, ya había hecho una denuncia en la administración del cementerio, pero no obtuvo respuesta. “Ahora hice la denuncia en la Comisaría Primera. Los empleados del lugar me dijeron que no pueden hacer nada, que podría haber sido el viento. Pero esto no lo hizo el viento, lo hizo alguien que buscaba bronce o lo que sea para vender”.
La sospecha de que los vándalos buscan piezas de valor no es nueva. En distintos cementerios del país se han denunciado robos de placas, jarrones, adornos y hasta marcos de fotos de bronce. Para María Paz, esta situación le impide hacer el duelo como corresponde. “Pegue todo con cinta, las cosas que le había regalado, porque no sé qué más hacer. Me siento en duelo de la bronca y el dolor que me genera esto. No se puede descansar en paz si la memoria de los que amamos no es respetada”, cerró.
El caso quedó ahora en manos de la Policía, y María espera que haya respuestas. Mientras tanto, pide respeto por la memoria y por el dolor ajeno.