Este lunes, la Justicia condenó a perpetua a Luciana Bustos Sánchez por haber matado a su amigo Marcelo José Amarfil, de 48 años, durante un juego sexual en San Juan. La mujer fue encontrada culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo, cuya única condena es la prisión perpetua.
Los jueces resolvieron no incorporar el agravante de alevosía, a pesar de que tanto la fiscalía como la querella lo habían solicitado en sus alegatos finales.
Antes de la lectura del veredicto, Bustos pronunció unas palabras y dijo: “Agradezco a mi familia por el cariño. Siento un profundo dolor por los familiares de Marcelo. Quiero abrazar a Graciela (su hermana). Sigo sosteniendo mi inocencia”.
El debate oral se había postergado a mediados de abril, ya que uno de los jueces tuvo un ataque cardíaco. Tras haber sido dado de alta a fines del mes pasado, la semana pasada se reanudó el juicio oral y hoy los magistrados Guillermo Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón sentenciaron a Bustos Sánchez.
La mujer era la única acusada del asesinato ocurrido durante la noche del 16 de enero y la madrugada del 17 de enero de 2024 en San Juan.
El lunes 8 de abril comenzó el juicio contra la investigadora del Conicet, quien ese día se negó a declarar. La Justicia la acusó de “homicidio doloso doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía”.
El primer policía que llegó al lugar del crimen se encontró con una escena tan violenta como sangrienta. Con el cuerpo del hombre de 48 años sobre el asfalto, Bustos Sánchez le dijo al agente: “Mi amigo se mató, se mató con un cuchillo. Le dio un brote psicótico”.
La versión fue confirmada por Graciela, hermana de la víctima. Fue ella quien reveló que aquella noche la científica pasó a buscar a Amarfil.
Arreglaron para ir a cenar a un bar, algo que solían hacer con frecuencia, y se fueron en un Ford Focus. Cuando regresaban, estacionaron en una calle poco transitada, cerca del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento. Allí habrían tenido relaciones sexuales.
La Justicia cree que la científica le ató las manos al volante y le puso un antifaz. Aprovechando ese estado de vulnerabilidad, lo degolló y lo acuchilló seis veces, mientras él intentó defenderse.
Graciela explicó que su hermano estaba atravesando un duro momento personal tras la muerte de su mamá, que ocurrió dos meses antes del brutal crimen.