Ramiro Gutiérrez vive cómodo y tranquilo en una casilla prefabricada. Allí con su compañero de casa estudia y recibe beneficios dignos de un rey. Lo que él no parece recordar -o al menos no importarle- es que hace apenas cuatro años atropelló deliberadamente a Facundo Castillo a la salida de una fiesta. Lo arrastró durante 10 metros y, sin estar conforme con la maniobra, volvió en reversa sobre su cuerpo dándole la muerte instantánea. Después de eso se dio a la fuga, lavó la camioneta para no dejar rastros y la descartó en una localidad rionegrina.
La madrugada del 19 de diciembre de 2021 es una mancha para todo el Alto Valle, pero sobre todo para la Justicia de Río Negro que siguió el caso de cerca. La brutalidad de los hechos conmovió a todos en la región, menos a los jueces que dieron solo 12 años de prisión al Gitano, como se lo conoce a Gutiérrez dentro del ambiente narco. Hoy, Marcelo Castillo, padre de Facundo, recuerda las imágenes del video de la cámara de seguridad grabadas en su retina sin poder darle un cierre a la situación.
¿Qué es la Justicia? Si alguien la vio que avise
Mes a mes la familia debe presentarse en los juzgados para pedir explicaciones sobre los beneficios y salidas transitorias que recibe el asesino de su hijo. "Pedimos 23 años, pero solo le dieron 12. Hoy tiene beneficios que solo tienen los que están próximos a salir. Es todo muy dudoso porque cualquier asesino está en cárcel común", dijo en relación a la posibilidad de vivir en una casa prefabricada que tiene Gutiérrez quien fue condenado a 12 años por homicidio simple, en una decisión judicial que desestimó el pedido de alevosía y dolo directo.
"No cumplió ni un cuarto de la condena y vive en un lugar VIP", lamentó el padre ante la noticia. La data es contundente y tiene la rúbrica de la Directora del Penal 1 de Viedma. Lo detalló en un documento: "No está alojado en un pabellón común, sino en una vivienda prefabricada dentro del predio". Es decir, Gutiérrez vive separado del resto de los presos, como si se tratara de un líder o su condena fuera un error.
“Uno piensa que el pedido de Justicia termina con la condena. Pero es una lucha constante. Estamos indignados”, le aseguró a Mejor Informado el hermano de la víctima, Emiliano Castillo meses atrás al enterarse que el Gitano pidió salidas transitorias para ir a estudiar a la Facultad.
Una vida de gustos vinculados al delito
Hay algunos datos a los que pudo acceder Mejor Informado que inundan aún más la compleja situación de Gutiérrez. Hijo del "Negro Gutiérrez", un chileno devenido en Gitano en los 90 por involucrarse en el robo y posterior tráfico de vehículos de alta gama. El tipo los robaba en Buenos Aires y los vendía en Neuquén.
Al momento de la vinculación de cargos hacia su hijo, el "Negro" no dudó: llamó al abogado y ofreció 10 millones de pesos en efectivo para la fianza. Algo que hoy en día rozaría los 300.000 dólares. Algo que fue rechazado por la jueza y que marca el enfoque de Justicia que tienen los acusados en cuestión. Por esa misma plata es que Ramiro Gutiérrez, el Gitano hijo, compró su camioneta de lujo. ¿El dato curioso? Ni siquiera es monotributista y no se le conoce ningún trabajo en blanco. Pero eso tampoco importó.
Los hechos, una marca que todavía duele
Como cualquier joven de su edad Facundo salió con sus amigos para cerrar el año. Fue a una fiesta y tomó una trafic para poder divertirse sin restricciones y ser responsable en su regreso. Pero no volvió más. Su vida quedó trunca por culpa de un hombre acostumbrado al poder y a los beneficios del ambiente narco. Hoy los rumores aseguran que los favores de Gutiérrez son pagados con la sangre de la industria de las drogas, pero desde la fiscalía no se animan a responder la acusación.
Aquel día, esa maldita madrugada, Facundo salía de la fiesta con sus amigos cuando una camioneta pasó a toda velocidad por su costado esquivando la fila de vehículos que esperaban para regresar. Porque hasta ese beneficio quería el Gitano. En ese momento se llevó puesta a una chica del entorno de Facundo. La recriminación no se hizo esperar y Gutiérrez y sus patoteros amigos (todos en libertad) bajaron de la BMW de su papá y molieron a golpes a Facundo y sus amigos.
Aún queda un halo de luz de la Justicia
Lejos de quedar contentos volvieron al vehículo, giraron en U en medio de toda la gente y embistieron a toda velocidad al grupo de amigos. Chocaron a cinco jóvenes y los desparramaron. Entre ellos Facundo Castillo. Pero no era solo un aviso, era el comienzo de una masacre. Lo que buscaban era matar y lo consiguieron. Hoy los que matan son los jueces y fiscales de la causa. Que no solo no hacen su trabajo, sino que también dictan un oscuro precedente.
Resulta simple mirar hacia un costado o cerrar los ojos. Pero allí, justo allí donde parece no haber nada, está el dolor de una familia que aún extraña a su hijo. Una familia unida, pero destrozada. La piedra angular de la comprobación de lo más oscuro de la Justicia de los caudillos y las conveniencias.
Ahora Marcelo Castillo y su abogado exigen una reunión con el gobernador Alberto Wereltinek. Ese gobernador que hizo de la reiterancia delictiva y la lucha contra el delito su bandera. Una bandera que hoy tiene una mancha grande y que solo él tiene la potestad de borrar. ¿Podrá sanear el dolor y hacer que la justicia se encauce verdaderamente hacia donde tiene que ir? ¿O será un capitulo más de la piedra libre que tiene la comunidad zíngara en el Alto Valle? "Quiero creer que esto no pasa con el aval del gobernador. Confió en que si el supiera lo que está pasando no sucedería", concluyó Marcelo Castillo.