Una pelea absurda que terminó en tragedia
Lo que empezó como una discusión entre ex parejas terminó en un baño de sangre. Piedras, gritos y destrozos encendieron la noche del 13 de septiembre en el barrio Islas Malvinas de la capital neuquina. En medio del caos, apareció un vecino que nada tenía que ver con la disputa y fue atacado sin piedad.
El reclamo por un niño
Dos mujeres -la ex del dueño de casa, acompañada de su madre- llegaron al lugar para exigir que el dueño de la casa donde se organizó el festejo llevara a su hijo pequeño al hospital. El nene tenía fiebre y el pedido desencadenó una violenta discusión. El padre accedió, pero el clima se volvió cada vez más tenso.
Piedras, gritos y caos
Mientras intentaban sacar al menor, comenzaron a volar piedras contra la casa y el auto del padre. Los vecinos salieron alarmados. Entre ellos estaba la víctima, un hombre de 54 años que solo quiso calmar los ánimos. Su intervención terminó en tragedia.
El intento de calmar terminó en muerte
Pedro Benjamín Cordero Fernández, de 54 años, se metió en el medio del tumulto para calmar la pelea pero se topó con otro vecino, que resultó ser la actual pareja de la mujer que reclamaba para que el hombre lleve al niño al médico, que había llegado al lugar para defender a su novia. Sin mediar palabra, lo apuñaló en el pecho. La herida fue letal.
La fiscalía pidió cárcel pero la jueza lo mandó a su casa
La fiscal Lucrecia Sola solicitó prisión preventiva para el acusado, señalando que no tiene arraigo, que ocultó el arma y hasta se cambió de ropa para encubrirse. A pesar de los argumentos, la jueza de turno rechazó el pedido y le concedió detención domiciliaria.
Repudio y bronca en el barrio
Vecinos y allegados no pueden creer la decisión judicial. La víctima perdió la vida en un hecho violento y absurdo, y el acusado, en vez de quedar tras las rejas, volvió a su casa. La bronca y la indignación crecen ante lo que muchos consideran una burla a la Justicia.
Una herida que no cierra
El Ministerio Público Fiscal ya pidió que un tribunal revise la decisión. Mientras tanto, la familia de Pedro Cordero Fernández reclama justicia y repite lo que todos piensan en el barrio: la violencia no puede quedar impune.