Un joven de 19 años fue condenado a seis años de prisión efectiva por abuso sexual con acceso carnal, luego de admitir su responsabilidad en un hecho ocurrido durante los festejos del Último Primer Día (UPD) en Viedma. Tras el ataque, el acusado se radicó en Corrientes, lo que dificultó su localización durante el avance de la investigación penal.
El fallo fue dictado por el juez de Juicio Marcelo Álvarez, que se desarrolló como juicio abreviado y que contó con la conformidad del Ministerio Público, representado por la fiscal Yanina Estela, quien representó a la víctima y la defensa pública a cargo de Camilo Curi, quien asistió al abusador.
La causa se remonta a la madrugada del 13 de marzo de 2024, cuando se celebraba el UPD en el Parque Ferreyra de la capital rionegrina, un evento informal que realizan estudiantes de último año del secundario. En ese contexto, el abusador se aprovechó del estado de vulnerabilidad de una adolescente para someterla, en un momento en que ella no se encontraba en condiciones de prestar consentimiento por estar alcoholizada.
La fiscalía acreditó el hecho con una importante cantidad de pruebas: desde la denuncia inicial realizada por la madre de la víctima, pasando por declaraciones testimoniales, registros de cámaras de seguridad, informes médicos y psicológicos, hasta un peritaje genético realizado por el Laboratorio Regional de Genética Forense de Bariloche, que fue determinante para confirmar la identidad del autor.
Durante la etapa de instrucción, el joven desapareció de los lugares que frecuentaba, pidió el pase en el colegio y se mudó a Corrientes, lo que dificultó su ubicación y demoró el avance de la investigación judicial. A pesar de ello, el trabajo de los equipos fiscales permitió llevarlo ante la Justicia y avanzar con la acusación en su contra.
En la audiencia, el joven reconoció los hechos y aceptó tanto la calificación legal como la pena solicitada. El juez homologó el acuerdo, dispuso la condena a seis años de prisión efectiva y prorrogó por 15 días la prisión preventiva del acusado hasta que se concrete su traslado al establecimiento penitenciario correspondiente.
El caso no sólo deja una condena ejemplar en términos judiciales, sino que también vuelve a poner en discusión los excesos de los adolescentes, como el UPD, donde se combinan la ausencia de supervisión con el consumo excesivo de alcohol.