Caro explicó que "todas las semanas encontramos entre dos a cuatro cajuelas incendiadas, lo cual produce un deterioro importante porque se rompen, se oxidan, se deforman hasta quedar inservibles y no se pueden cargar al camión recolector, sumado a la contaminación ambiental del humo”.
Los contenedores son de 20 metros cúbicos y se colocan en lugares puntuales de la ciudad para que los vecinos puedan desechar ramas, escombros y cualquier otro tipo de residuo voluminoso.
"El jueves pasado incendiaron una de ellas ubicadas en 12 de Septiembre entre Anaya y Saavedra, del lado norte, y el lunes último prendieron fuego a la que está en Tronador, entre Tres Arroyos y El Chocón”, recordó el director municipal.
El municipio ha distribuido geográficamente a dos en Tronador, entre Tres Arroyos y El Chocón; dos más en 12 de Septiembre entre Anaya y Saavedra, y una Cipolletti y Avenida del Trabajador.
Todos los días el servicio de recolección se encarga de vaciarlas: "son espacios que pone a disposición el municipio a los vecinos intentando brindar una opción para que se deshagan de la basura pero lamentablemente no están siendo valorados ni respetados”, reflexionó.