El reciente incendio en la ladera del cerro Runge fue el telón de fondo perfecto para que INVAP mostrara su nueva joya tecnológica: un avión de observación montado sobre un Jabiru J-430, capaz de detectar puntos calientes y focos activos incluso en zonas inaccesibles. La prueba fue difundida en redes sociales por el propio gobernador Alberto Weretilneck, que no dudó en subrayar el valor estratégico de la innovación.
El sistema combina cámaras ópticas e infrarrojas, sensores de telemetría y visión térmica que transmiten en tiempo real al centro de monitoreo del SPLIF Bariloche. Esta capacidad permite analizar el comportamiento del fuego, anticipar riesgos y optimizar la respuesta operativa. En palabras simples: INVAP transformó un avión liviano en un laboratorio volador contra los incendios.
La incorporación del avión se enmarca en un plan integral que incluyó capacitación de brigadistas y técnicos en observación aérea. Una vez completados los ajustes, el sistema se sumará de manera permanente al esquema provincial de prevención y combate de incendios forestales.
“Sumamos tecnología para cuidar nuestro territorio y a nuestra gente”, celebró Weretilneck, consciente de que INVAP vuelve a poner a Río Negro en la vanguardia.
El humo del cerro Runge dejó una postal distinta, mientras los brigadistas combatían el fuego, un avión de INVAP sobrevolaba la zona como un ojo de halcón tecnológico. No fue sólo un vuelo de prueba, fue la demostración de que la ciencia rionegrina puede convertirse en la mejor aliada para proteger bosques, comunidades y futuro.