La policía de Kansas, Estados Unidos, tuvo que apelar a un arma paralizante para calmar a un joven que, apremiado por un irrefrenable deseo sexual y avanzado estado de ebriedad, se arrodilló tras un automóvil y comenzó a hacerle el amor por el caño de escape.
Fueron algunos integrantes de la multitud´, que observaba impávida la increíble escena de amor urgente, que alertaron a la Policía.
Cuando la patrulla llegó, el muchacho se encontraba arrodillado y con el miembro dentro del caño de escape.
No sólo abandonó de mala manera la pose sino que intentó –cuanto pudo- resistir el arresto. Según los testigos, se encontraba muy alcoholizado y alterado. Un disparo con la pistola de aturdimiento logró doblegarlo, y acabó detenido.