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Se enfermó en la clínica y la indemnizan con 196 mil pesos
La Justicia neuquina concluyó que una maestra contrajo una bacteria en el quirófano. Y condenó a la clínica Cedit de San Martín de los Andes.Las infecciones intrahospitalarias generan el lógico temor de quienes deben someterse a una intervención quirúrgica o permanecer internados. Los casos son una penosa realidad, y uno de ellos ocurrió hace algunos años en San Martín de los Andes; pero se conoció ahora con la resolución de la casusa judicial.
En efecto, la Sala Segunda de la Cámara Provincial de Apelaciones en lo Civil, elevó el monto condenatorio y ordenó que el instituto Cedit SA indemnice a la docente Alejandra Adriana A. con 196 mil pesos.
El expediente llegó a ese Tribunal de Alzada que integran los jueces Alejandra Barroso y Dardo Troncoso, luego de que ambas partes apelaran el fallo de un juzgado de primera instancia que (en noviembre de 2017) había condenado a la clínica a pagarle 140 mil pesos.
En el fallo, los camaristas dieron por acreditado que el 7 de diciembre de 2004, la mujer fue sometida a una operación artroscópica, por una patología meniscal de su rodilla derecha.
También que el 18 del mismo mes, le realizaron un lavado quirúrgico artroscópico, ya que los síntomas que presentaba hacían sospechar sobre la presencia de una artritis séptica.
“Se le realiza punción y se aísla bacteria citrobacter”, dijeron los jueces. Y agregaron que el 22 fue derivada a la Clínica San Agustín, a la que ingresó con diagnóstico de artritis séptica post artroscopía, con importante edema de miembro inferior derecho hasta la raíz del músculo, con hematomas a nivel de las heridas de punción y con dolor a la compresión y palpación.
“Se confirma que se detecta la bacteria citrobacter y la actora permanece internada en este establecimiento 17 días”, sostuvieron los jueces de Cámara. Y subrayaron que, “al momento de la cirugía de la actora, el Cedit tenía vencido su control bromatológico provisorio desde el mes de agosto de 2004 y no contaba con un comité de epidemiología e infecciones”.
En su demanda, la maestra había planteado que, además de los padecimientos de salud, todo este problema la había privado de ascender en su carrera docente.
En virtud de estos y otros elementos que resultaría tedioso enumerar, la Cámara resolvió: elevar “el importe por el que prospera la demanda a la suma final de 196 mil pesos (…) debiendo adicionarse al capital por daño patrimonial (146 mil pesos) intereses moratorios”.