Accidentes redituables
Puede ser millonario por una cáscara de banana
El accidente ocurrió en una escuela primaria. Hoy ya es adulto y tiene secuelas de aquel tremendo golpe.Una de las escenas más recurrentes de los dibujos animados -al menos de los que ya son clásicos- es la del resbalón con la cáscara de banana. Lo novedoso es que ocurrió en la vida real y que la víctima será indemnizada con el pago de 1,2 millón de pesos.
Sin embargo, la secuencia nada tuvo de graciosa, ya que ese pago es consecuencia de una lesión muy severa que, incluso, le ha dejado secuelas permanentes.
Todo comenzó cuando este muchacho tenía 9 años y concurría a la Escuela N 68 de Guerrico, localidad rionegrina cercana a Roca y a Allen. Estaba en el aula cuando resbaló con la cáscara de una banana que le habían dado como refuerzo alimentario y terminó en el piso.
El golpe fue tan fuerte que sufrió una grave lesión en la cadera, tuvo que ser operado cuatro veces y hoy, siendo ya un adulto, padece una incapacidad laboral definitiva e irreversible del 40 %.
Ahora, sobre el filo de este 2019, la Cámara Civil de Apelaciones de Roca confirmó que la Provincia de Río Negro y el Consejo Provincial de Educación deberán indemnizarlo con aquella suma, más los intereses acumulados desde 2004, año en que ocurrió el accidente.
Pero eso no es todo ya que la compañía de seguros contratada por el Estado, Horizonte, también deberá resarcirlo.
Fuentes judiciales indicaron que como sus padres nunca iniciaron el reclamo, el chico decidió presentar la demanda en 2014, poco después de haber alcanzado la mayoría de edad y cuando la acción judicial estaba a punto de prescribir.
Según relató el joven en su demanda, en la escuela intentaron asistirlo precariamente y la ambulancia “nunca llegó”, por lo que una maestra, en una camilla improvisada, lo llevó hasta el Hospital de Allen.
Pero allí “no hacían cirugías” y lo derivaron a un sanatorio de Roca, donde fue operado por primera vez diez días después. Según afirmó en la demanda, en el sanatorio usaron la cobertura de la obra social de la mamá del chico, Osprera, y no aceptaron la cobertura estatal de Horizonte “por tener la provincia una deuda con la institución”.
En 2005 el chico necesitó una nueva operación, por el rechazo de su organismo a la primera prótesis. Pasó varios meses enyesado y tuvo que dejar la escuela. Pudo retomar en sexto grado, pero tuvo que ser nuevamente operado. Y en 2008 terminó séptimo grado en su casa, con una maestra domiciliaria. A finales de 2009, cuando ya iba al secundario, vino la cuarta y última cirugía.
Con esos y otros elementos de prueba, tanto la jueza de primera instancia, titular del Juzgado Civil N 1 de Roca, como los jueces de la Cámara Civil, coincidieron en que la responsabilidad fue íntegramente estatal. No obstante, la sentencia no está firme porque las demandadas interpusieron un recurso de casación.
(fuente: colaboradores propios)