Pese a los protocolos que rigen para el ingreso de obreros golondrinas a la región para la cosecha de cereza, denuncian que hay empresas que reclutan trabajadores en los pueblos más pobres del norte y para que puedan cumplir con los requisitos les entregan certificados truchos de Covid para poder pasar por los controles sin haber sido hisopados realmente.
La denuncia la realizó el concejal del Partido Obrero de la localidad rionegrina de General Enrique Godoy, Gabriel Musa, luego de tomar contacto con algunos golondrinas salteños y tucumanos que explicaron paso a paso como habían sido seducidos para levantar la cosecha.
Lo que sucede con los trabajadores golondrinas, se resume con el Caso Daniel Solano. Hay trata de personas. No ha dejado de suceder, ahora con la gravedad de que estamos en una pandemia. Hemos entrado en contacto con trabajadores que vienen a hacer la cosecha y nos transmiten su preocupación. Algunos habrían llegado con certificados de hisopados de Covid-19 truchos
"Lo que sucede con los trabajadores golondrinas, se resume con el Caso Daniel Solano. Hay trata de personas. No ha dejado de suceder, ahora con la gravedad de que estamos en una pandemia. Hemos entrado en contacto con trabajadores que vienen a hacer la cosecha y nos transmiten su preocupación. Algunos habrían llegado con certificados de hisopados de Covid 19 truchos", aseguró el dirigente, quien además deja al descubierto la falta de controles pese al estricto protocolo que se anunció para poder levantar la fruta.
La desaparición de Solano en Valle Medio en 2011 dejó en evidencia una red, que sin control, reclutaba personas para trabajar en las chacras, les retenían los DNI y los albergaban en condiciones infrahumanas. Además, por gastos de gestión, se quedaban con un porcentaje de los jornales.
Musa expresó que las maniobras continúan: "La patronal frutícola trae a los trabajadores golondrinas del norte porque hay una super explotación, los hacen trabajar hasta los domingos y pagan poco. Dijeron que iban a trabajar con todos los protocolos, y ahora ya tenemos esta primera irregularidad".
El protocolo indica que las empresas frutícolas deben acondicionar las viviendas pero "nos llegó un vídeo donde se ve cómo esperan a los trabajadores golondrinas y es se pude apreciar que vivirán de una forma hacinada". También se estableció que "tienen que hacer la cuarentena para no salir de la chacra, pero pueden empezar a trabajar. Y muchos van a trabajar con posibles casos positivos de coronavirus, porque una parte de los trabajadores están llegando con certificados truchos", finalizó el dirigente en declaraciones radiales.
El diario La Gaceta de Tucumán publicó hace unos días que se empezarían a endurecer los controles porque se detectó un colectivo que no estaba habilitado y que no salió desde la terminal de la capital provincial, con pasajeros con test truchos, hechos con computadora.
De acuerdo a los que se pudo establecer, las empresas que trasladan a los peones rurales al Valle les cobran 8 mil pesos el viaje desde Tucumán y 5 mil más por el hisopado. Los reclutan en los distintos pueblos, les hacen el permiso y el test de Covid-19 y para luego dejarlos en sus casas hasta el día del viaje que no puede ser más de 72 horas después del hisopado. Sólo el fin de semana, partieron hacia la zona 7 colectivos con obreros rurales.
Hace una semana comenzaron a llegar los trabajadores rurales a Chimpay, donde primero realizarán raleo y luego comenzarán con la cosecha de las cerezas. Se espera que en la temporada lleguen unos 4 mil golondrinas para realizar tareas de una producción que cada vez es más intensa y genera importantes recursos para las provincias.
Según los datos de la temporada anterior, la exportación de cerezas aumentó en un 38,87% y los principales destinos de fueron Estados Unidos, China, España y Canadá,