Matrimonio adoptó a cuatro hermanitos que habían sido separados

En medio de tanto estrés y tanta mala noticia, transcurren pequeñas historias con final feliz que rara vez salen a la luz, muy a pesar de que merecen ser contadas. Una de ellas se resolvió en un juzgado de Cutral Co y sus protagonistas fueron cuatro hermanitos a los que, de entrada, la vida los había puesto frente a situaciones extremadamente angustiantes.

Alcanzará con decir que ya no vivían con sus progenitores y que ni siquiera estaban juntos: dos estaban en el Hogar Misericordia y los otros dos en el Hogar de la Fundación Fedra, de la ciudad de Neuquén. Pero así como los puso tempranamente a prueba, la vida también los cruzó en el camino de un matrimonio que reside en el interior neuquino y que había iniciado infructuosos trámites de adopción en la provincia de Buenos Aires.

Él es oficial del Ejército (con mando en un regimiento) y ella docente, tanto de primaria como de jardín de infantes, y buscaban agrandar la familia.  

El 20 de febrero de 2018 recibieron la primera bendición, cuando les otorgaron la guarda pre adoptiva. Y ahora, hace sólo un par de semanas, desbordaron de felicidad cuando la jueza Silvina Arancibia Narambuena les otorgó la adopción plena de los cuatro. El matrimonio se había inscripto en el Registro Unico de Adopción de la Provincia de Neuquén el 6 de agosto de 2017, y el 27 de diciembre de aquel año comenzó el proceso de vinculación con los cuatro niños.

La empatía fue inmediata y rápidamente le abrió paso al amor. Alcanzará con decir que fueron los niños quienes solicitaron llevar el apellido de quienes ahora son sus padres.

La mamá ya no ejerce la docencia, sino que ha preferido ocupar su tiempo en la atención del hogar y de los niños, actividades que “la reconfortan y le dan placer”, tal como lo indicó ante la magistrada. 

Además de la vivienda en su localidad de residencia, la familia posee un departamento en San Martín de los Andes y una casa en Lanús (provincia de Buenos Aires), en la que reside la madre de ella. Pero nada es tan importante como la contención, educación, atención médica y cariño que -expusieron- les brindan a sus hijos, que ya conocen al resto de la familia; es decir tíos y demás.

En el fallo se destaca que, por sus diferentes edades y personalidades, cada uno de los niños ha vivido este proceso de la manera que ha podido. La más grande “se vio obligada a desandar un camino que la puso en el lugar de adulta antes de serlo, ya que debió cuidar de sí misma y de sus pequeños hermanos”, cosa que fue “amorosamente destacada por los guardadores (padres) durante la audiencia”. Ahora es feliz y practica la firma con su nuevo apellido.

Claro que los papás asumieron expresamente el compromiso de hacerles conocer la realidad biológica.