Estefanía Quiroz, vive en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, pero la cuarentena la sorprendió lejos de su casa. Había llegado a El Bolsón el pasado 8 de marzo en busca de trabajo. Se hospedaba en la casa de su hermana, pero un conflicto familiar la dejó en la calle, sin empleo y con nulas posibilidades de retornar al hogar, pero igual lo intentó.
Salió hacia la Ruta 40, el viernes por la tarde, con algunas pocas pertenencias dentro de una bolsa. En la odisea de caminar los 120 km que separan estas ciudades cordilleranas, la joven, de 28 años, sufrió frío, hambre y miedo. Además, en un momento perdió su celular y no pudo recuperarlo, porque cayó entre matas de mosqueta y la oscuridad de la noche no ayudó con la búsqueda.
Por las restricciones del aislamiento, casi no había vehículos en la ruta, y fueron truncos sus intentos de que alguien la levantara en el camino. Cuando vio las primeras viviendas de la Ciudad de San Carlos de Bariloche, sintió un gran alivio que pronto se vio opacado al ser interceptada por un control policial. Estafanía no tenía su DNI y quedó demorada en la comisaría 42 de esa ciudad.
Unas horas después, recuperó la libertad y fue hospedada en la casa de una familia del barrio de Nahuel Hue. Lugar de donde se fue el lunes por la mañana y se dirigió al centro de Bariloche, con ánimos de encontrar alguna empresa de transporte o algún camionero que la llevase en la caja su camión.
Quedó detenida en la comisaria de la localidad de Dina Huapi y luego fue trasladada hacia los tribunales locales por haber incumplido con las medidas de aislamiento obligatorio. Allí ella contó su historia, se angustió y expresó no tener a donde ir, razón por la que decidió caminar para volver a su casa. El juez a cargo del caso, Sergio Pichetto, rechazó las acusaciones y ordenó liberar a la joven.
Ahora la mujer se encuentra alojada en un centro comunitario de la localidad, a la espera de que alguien encuentre la solución para su problema. Estefanía, vive sola, no tiene hijos y sus padres murieron, pero aún así quiere volver a su casa de Buenos Aires, porque la espera la promesa de alguien que le dijo que podría darle un trabajo.