Sínodo de obispos
"Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”
Desde este domingo 17 de octubre, la Diócesis de Neuquén comenzará a transitar este camino sinodal en sus capillas, parroquias, pastorales y movimientos.El pasado 9 y 10 de octubre, el Papa Francisco anunció el inicio del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, un proceso que convoca a todo el Pueblo de Dios a “caminar juntos” bajo el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Desde este domingo 17 de octubre, la Diócesis de Neuquén comenzará a transitar este camino sinodal en sus capillas, parroquias, pastorales y movimientos.
Este camino sinodal durará dos años y estará articulado en 3 etapas: una fase diocesana, que iniciará el 17 de octubre y se extenderá hasta abril de 2022; una continental, prevista hasta marzo de 2023; y finalmente, una fase universal, que concluye en octubre de 2023 con la celebración del Sínodo en Roma.
El Santo Padre nos invita a reflexionar sobre este modo de ser y hacer Iglesia teniendo tres verbos como brújula: “encontrar”, “escuchar” y “discernir”, recordando que “precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio.”
Estamos invitados a encontrar, sabiendo que “un encuentro puede cambiar la vida”; a escuchar, porque un encuentro es genuino cuando nace desde la escucha recíproca de los clamores del Pueblo de Dios; y a discernir espiritual y eclesialmente, en el diálogo y la reflexión de la Palabra de Dios a la luz del Espíritu Santo.
El Papa propone que la Palabra oriente e ilumine al Sínodo para que “no sea una “convención” eclesial, una conferencia de estudios o un congreso político, para que no sea un parlamento, sino un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu.”
En una fase de escucha, se invitará a las personas a reunirse, a orar, a escucharse mutuamente y a participar en las propuestas que se les irá acercando. Que cada hermano y hermana pueda poner sus carismas, talentos y dones al servicio de todo el pueblo de Dios será clave para que este proceso sinodal, signo de estos tiempos, resulte en una verdadera comunión y transformación eclesial.