ENTREVISTA AL GINECÓLOGO RODRIGUEZ LASTRA
"Ojalá sean mayoría los médicos objetores de conciencia"
Leandro Rodríguez Lastra -el médico condenado por no interrumpir el embarazo legal de una joven violada- se mostró indignado. "La cantidad de abortos en Neuquén es un número mentiroso", afirmó.Leandro Rodríguez Lastra, ginecólogo que fue condenado el pasado 24 de diciembre por Tribunal Superior de Justicia de Río Negro por impedir la práctica de un aborto legal a una joven de 19 años que había sido violada por un familiar y había quedado embarazada durante el año 2017, en Cipolletti, dialogó con la redacción de mejorinformado.com. En la charla, evidenció su indignación no sólo porque el aborto ya es legal en la Argentina, sino respecto a los procedimientos realizados en el período posterior a la promulgación de la ley en Neuquén hasta el 31 de enero. "Entiendo que ese número es muy mentiroso. Sabemos que, sin estar aprobada la ley, ya se venían realizando este tipo de procedimientos bajo el justificativo de estar cumpliendo con un ´protocolo de nivel nacional´", sostuvo.
Pasaron 46 días desde que el Senado aprobó la propuesta para legalizar el aborto en las primeras 14 semanas de embarazo. La medida salió adelante en una votación parlamentaria que se prolongó hasta las 3 de la mañana: con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención.
Luego de la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo y su posterior entrada en vigencia (IVE) en todo el país, en Neuquén desde el Hospital Heller informaron que en el primer mes del año se hicieron 10 abortos legales en el establecimiento del oeste capitalino.
MI: ¿Qué opina con respecto a que se haya aprobado la Ley de interrupción legal del embarazo (IVE)?
LRL: "Opino que es un total desacierto. Desde el punto de vista técnico la ley deja varias cuestiones polémicas y la que más preocupaciones me genera como médico es la responsabilidad profesional; hablando puntualmente del tema del objeción de conciencia. No existe una adecuada contemplación de ese derecho que tenemos todos los profesionales de la salud, ya que la ley en cierto modo presiona para que aún aquel profesional de la salud que no esté de acuerdo con esta práctica médica debe derivar a la paciente para que se realice este procedimiento, ejemplo este que se contrapone a los fundamentos mismos de la objeción de conciencia. Intentando ser más claro, si uno no está de acuerdo con una práctica porque la considera contraria a sus convicciones éticas o Morales, nada razonable es que se nos exija el cumplimiento de esa orden por otros medios. Otro punto delicado se relaciona con la determinación de la edad gestacional: sabiendo que la medicina no es una ciencia exacta, determinar una variable como la edad gestacional en términos estrictos, implica exponer al profesional a un manejo inadecuado de la situación.
Puedo destacar además, qué la ley habla de "profesionales de la salud", dando lugar a que todos aquellos que trabajen en salud se verán obligados a realizar esta práctica, sin perjuicio de que el profesional esté o no de acuerdo con el aborto, considero que es una irresponsabilidad dar lugar a profesionales que no entienden acerca del manejo de las complicaciones de este procedimiento médico (así como de cualquier otro), que puedan llevar a cabo prácticas que puedan poner en riesgo la salud de la población".
MI: El 25 de enero, un día después que entró en vigencia en todo el país, en los hospitales públicos de la región ya había varias consultas de mujeres para abortar. Y puntualmente en el Hospital Heller, desde esa fecha hasta el 31 de enero ya hubo 10 abortos legales, ¿Qué análisis hace respecto a esta realidad?
LRL: "Respecto a los abortos realizados en el período posterior a la promulgación de la ley, entiendo que ese número es muy mentiroso. Sabemos que, sin estar aprobada la ley, ya se venían realizando este tipo de procedimientos bajo el justificativo de estar cumpliendo con un ´protocolo de nivel nacional´. Eso no es ninguna sorpresa para nadie. Y pensar que en pocos días hicieron esa cantidad de abortos es en cierto modo soslayar una realidad conocida por todos. Sin embargo, y considerando que esta información sea veraz, es comprensible que exista tal cantidad de procedimientos abortivos. En ningún lugar de la sociedad se les da otra posibilidad a las mujeres que están cursando un embarazo vulnerable. El abandono del Estado en este aspecto es rotundo. Sabemos muy bien que ante un embarazo inesperado, y atento a la fragilidad de la voluntad de la mujer, esta pueda optar por la alternativa que considere más ´fácil´. Entiendo también que esto es un desprecio al valor de la vida, pero es la realidad que vivimos cotidianamente. De no haberse enaltecido este desprecio por el valor de la vida, de ninguna manera se pudiera haber sancionado esta ley. Creo que el desafío como sociedad es pensar en la problemática del embarazo inesperado antes de que este ocurra, protegiendo a esta manera un valor importantísimo: la salud de la mujer. Lamentablemente fue una oportunidad perdida, pero eso no significa que debamos cesar en este compromiso de todos. Ésta es la mejor manera de hablar de inclusión".
MI: Al principio usted lo mencionó, y quiero enfocarme allí; uno de los puntos agregados en la ley es sobre los objetores de conciencia: ¿Sabe cuántos médico se declararon objetores en Neuquén y Río Negro?
LRL: "Puedo agregar que desconozco la cantidad de médicos que se declararon objetores de conciencia. Honestamente espero que sean la mayoría, simplemente por el hecho de que cuidemos nuestra profesión. No manifestar la objeción de conciencia es comprarse un problema enorme. Evaluando mi caso judicial, es evidente que la postura es una cuestión meramente ideológica, entonces, ¿podemos permitir como trabajadores de la salud que una conducta médica sea interpretada ideológicamente?. La necesidad de objetar conciencia no alcanza solamente a médicos ginecólogos y obstetras. Pediatras, emergentólogos, anestesiólogos, cardiólogos, endocrinólogos, enfermeros, etcétera. todos estamos expuestos al peligro de ver cuestionada nuestra conducta profesional. Esto no va en desmedro de los derechos de nadie, sino por el contrario, en pos de nuestro derecho de trabajar tranquilamente y honrar nuestra profesión".