MURIÓ EL PRESIDENTE DE LAS PRIVATIZACIONES

La revolución productiva y el socavón de Sierra Grande

El anuncio de Menem que terminó con el cierre de HIPASAM dos años después.
lunes, 15 de febrero de 2021 · 00:06

Carlos Saúl Menem marcó el destino de diferentes lugares del país. Como en Río Tercero se negaron a acatar los tres días de luto decretados a nivel nacional, varios pueblos estarían en la misma situación por el mal recuerdo que permanece de los 10 años de gestión del riojano que además de la pizza con champagne, 1 peso igual a 1 dólar, y los indultos a los militares, sentenció el futuro de miles de trabajadores con las privatizaciones de las empresas estatales.

A fines de 1989, Menem llevaba algunos meses en el poder y encabezó un acto en la plaza principal de Sierra Grande, donde repitió su promesa electoral de la revolución productiva. La localidad rionegrina atravesaba una de las tantas crisis y  lejos estaba de ser aquella que pasó de tener apenas 600 habitantes a casi 25 mil en los momentos de esplendor con empleo estatal y sueldos por arriba de la media.

Arriba del escenario, entre banderas y pancartas de apoyo al mandatario, se lo podía ver a Miguel Angel Pichetto, un abogado de Banfield que se especializó en demandas laborales de los mineros y llegó a ser intendente de la localidad, pero que a esa altura ya era diputado provincial por el peronismo.

Entre bombos y la tradicional marcha que reza "combatiendo al capital", se alcanzó a escuchar la promesa que ilusionó a miles de familias asalariadas, a quienes la hiperinflación del gobierno de Ricardo Alfonsín les había pegado muy duro. Menem, fue claro y a viva voz prometió: "Desde el socavón de esta mina nacerá la revolución productiva". El mismo discurso con el que ganó la batalla electoral contra el cordobés Eduardo Angeloz y que iba acompañado de la promesa de "salariazo" y cerraba con el clásico "síganme, no los voy a defraudar". 

Las promesas volaron por el aire cuando comenzó el cierre de las empresas públicas. Con la excusa del enorme déficit fiscal y la necesidad impuesta por el FMI de achicar el estado, empezó la venta de empresas. Aquellas que eran rentables encontraron rápidamente un comprador, la inoperante Entel pasó a manos españolas y se llamó Telefónica de Argentina al sur del país y Telecom en el norte, con capitales franceses. YPF fue adquirida por Repsol, Aerolíneas Argentinas a Iberia. Y también se escuchó la célebre frase de "ramal que para, ramal que cierra", en relación a Ferrocarriles Argentinos.

La revolución productiva que se anunció desde el socavón de la mina de Sierra Grande terminó en el cierre del yacimiento de hierro más grande de Sudamérica. En 1991, tan solo a dos años y medio de la promesa presidencial, el mismo Menem, decidió que el emprendimiento no era rentable ni posible de privatizar y firmó el decreto de liquidación y cierre. Que significó una profunda crisis en la ciudad que pasó a ser un pueblo fantasma con un éxodo masivo de familias.

El cierre de HIPASAM formó parte de un proceso de cierres de fábricas nacionales y la entrada de las multinacionales, que se correspondía con las medidas políticas y económicas impuestas por el gobierno de Menem, que tuvieron como prioridad la entrada de los capitales extranjeros a Argentina.

Una posible solución para HIPASAM fue la creación de HIPARSA, una empresa estatal rionegrina que pretendía explotar el yacimiento y así evitar que Sierra Grande se convierta en un pueblo fantasma, todo a partir del alocado sueño del por entonces gobernador Horacio Massaccesi de llegar a la Casa Rosada. Esta medida también estuvo acompañada de la creación de Tren Patagónico, el ramal de Viedma a Bariloche que dejaba de funcionar y que aislaría la comunicación de las localidades y parajes de la Línea Sur, como también el precio sostén de la pera y la manzana, para apuntalar al sector frutícola del Alto Valle. 

HIPASAM dejó de producir en 1991, y comenzó el éxodo de  miles de familias. El impactante complejo de monoblock inaugurados a mediados de los 70s para darle hogar a los trabajadores que llegaban desde distintos puntos del país, en pocos meses pasó a estar abandonado. Sólo unos 400 obreros decidieron quedarse el la localidad, y utilizar el dinero de la indemnización para instalar un comercio, despensa o kiosco, pero muchos se fundieron porque era muy poco el dinero circulante en una ciudad casi sin actividad económica.

Aún quedan en la historia y el recuerdo de algún memorioso, las marchas en contra del cierre de la planta. El 21 de septiembre de 1991 fue el día de la última marcha que realizaron las familias de los ex mineros en Sierra Grande previo al cierre. En aquellos días, una comisión de mineros de Sierra Grande viajó a Buenos Aires a pedir que no se cierre el yacimiento que eso implicaba la paralización económica del pueblo. Mientras los mineros se apostaron afuera de la Casa Rosada y recorrieron medios nacionales para visibilizar el conflicto, sus mujeres e hijos mantenían los cortes en la ruta Nacional N°3.

La respuesta fue negativa, las excusas del gobierno central apuntaban a los altos costos de la extracción en relación a la calidad del hierro, que no podía competir internacionalmente con Brasil como el productor más importante. Además, formó parte de un cambio de paradigma en la política extractiva, ya que sin el Estado en el negocio minero, llegaron importantes mineras multinacionales permanentemente denunciadas por abusos a los trabajadores y la permanente contaminación de los suelos, algo que se mantiene hasta hoy.

Ya con las persianas bajas, y sin poder producir, un grupo de mineros comenzó un emprendimiento turístico que ofrecía un viaje al centro de la tierra, en el que habían acondicionado algunos túneles para hacerle vivir al visitante un apasionante recorrido por el yacimiento. Pero sólo duró unos años.

Años después, ya con Néstor Kirchner en el poder y un anunciado convenio comercial con China que traería miles de millones de dólares en inversiones a nuestro país, una de las pocas inversiones que se concretó fue la de la minera Metallurgical Corporation of China Ltd. conocida como MCC, que se hizo cargo del yacimiento de Sierra Grande y todos los años hace embarques desde el propio puerto de la ex Hipasam en Punta Colorada.

MCC se hizo cargo en noviembre de 2006, tras la compra del  70% de las acciones de la minera que pocos meses antes había adquirido otra empresa china al gobierno de Río Negro, La ex HIPASAM tenía 96 kilómetros de túneles y tres yacimientos, plantas de procesamiento de concentrado y un ferroducto de 32 kilómetros que lleva el mineral concentrado a Punta Colorada.

El cierre de HIPASAM sigue presente en el pueblo serrano que busca alternativas de cualquier tipo para volver a darle contención y expectativa de vida a sus habitantes. Es más, hace casi 4 años se intentó hacer un plebiscito para que el pueblo decidiera si estaba de acuerdo o no con la instalación de una planta nuclear anunciada por el ex presidente Mauricio Macri y que tenía un importante rechazo por parte de todo el pueblo rionegrino, pese al apoyo del ex gobernador Alberto Werteilneck. Finalmente el proyecto quedó sepultado luego de las elecciones PASO de 2017, en el que el candidato apoyado por el oficialismo provincial, el cipoleño Fabián Gatti quedara afuera de las elecciones generales legislativas, en un claro mensaje en contra de la propuesta nuclear.

Casi al mismo tiempo y a modo de confesión, Menem reconoció que si decía la verdad de lo que iba a hacer, no lo votaba nadie. 

 

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