Hace apenas unos pocos días y con escasas jornadas de diferencia, el gobierno de la provincia de Neuquén le transfirió al municipio capitalino dos aportes multimillonarios para garantizar el servicio del nuevo sistema de transporte público, denominado Cole. Estos subsidios (que también los tenían las compañías anteriores) están contemplados en convenios.
Una de las nuevas transferencias fue por un aporte no reintegrable extraordinario de 175.027.986,82 pesos correspondientes al mes en curso. El municipio argumentó su pedido en la necesidad de “dar continuidad al servicio” ante “las diferencias producidas en los costos, producto de la inflación y los incrementos salariales”.
El otro aporte no reintegrable extraordinario fue de 123.791.639,06 pesos y se argumentó en el cumplimiento de la cláusula tercera de la adenda al convenio suscripto entre el ministerio de Transporte de la Nación y la Provincia de Neuquén, relacionados con los subsidios a los colectivos a los que también aporta el municipio. Es decir, tanto la provincia como el municipio reciben y aportan fondos a un sistema que, de no ser así, incrementaría a niveles astronómicos los precios de los pasajes, que por cierto no son muy baratos que digamos, sino todo lo contrario.