La historia que Lorena Villaverde se negó a contar una y mil veces, finalmente fue confirmada. La senadora electa por La Libertad Avanza, que aún no puede asumir en su banca, estuvo entre 4 y 8 meses detenida en Estados Unidos por narcotráfico. Fue declarada culpable por un jurado federal, pidió clemencia y un nuevo juicio, violó las condiciones de su libertad condicional y regresó a la Argentina con un pedido de arresto vigente desde el 14 de marzo de 2003. El expediente quedó congelado durante más de una década, hasta que en 2017 la fiscalía norteamericana retiró formalmente los cargos por el tiempo transcurrido. Este pasado, al que la actual diputada nacional califica como "muy doloroso", es el que justifica la impugnación presentada por el peronismo para que no asuma por inhabilidad moral.
Tras confirmar que no renunciará a su banca de diputada, como ella mismo había anticipado 24 horas antes, el diario La Nación publicó una investigación del periodista Hugo Alconada Mon que confirmó la historia y logró que sea la propia Villaverde la que aceptara responder algunas preguntas por escrito, previo el contacto con su agente de prensa. Una situación que nunca quiso enfrentar ante los periodistas de la región.
La actual diputada nacional por LLA y senadora electa, tenía apenas 28 años cuando fue detenida en Sarasota, Florida, el 15 de julio de 2002. Trabajaba en una boutique de Miami Beach y se movía con licencia de conducir y número de seguridad social estadounidense, algo no fácil de conseguir.
La acusación fue demoledora y genérica: "más de 400 gramos de cocaína" junto al colombiano Fabio Restrepo integrante del cartel de Cali y el cubano Jesús Ferrer. Dos días después, el 17 de julio, la justicia federal formalizó los cargos: venta y distribución de drogas ilícitas, y conspiración para traficar narcóticos. La pena máxima: 20 años de prisión.
El veredicto que la marcó
El 18 de octubre de 2002, tras un juicio breve, el jurado la declaró culpable de ambos cargos. Desde ese momento quedó bajo custodia del US Marshals Service. No hubo margen para la libertad: la joven argentina pasó directamente de la sala de audiencias a la celda. Apenas dos semanas después, el juez William Castagna aceptó su pedido de un nuevo juicio, pero le negó la excarcelación. Villaverde siguió tras las rejas, acumulando meses de detención que hoy se estiman entre 4 y 8 meses efectivos.
En enero de 2003, su defensa presentó un pedido de clemencia para que se le aplicara una pena menor a la prevista por las guías federales. Ese escrito fue mantenido bajo secreto, un detalle que alimenta las sospechas: ¿cooperó con el gobierno?, ¿temía represalias? La justicia aceptó resguardar el contenido, lo que en la jerga judicial suele ocurrir cuando el acusado aporta información sensible. Villaverde intentaba así escapar de una condena que podía arruinarle la vida.
Orden de detención y regreso a la Argentina
Siempre de acuerdo con la investigación del diario porteño, Villaverde consiguió la excarcelación en 2003, aunque los registros no precisan la fecha exacta. Lo que sí consta es que violó las condiciones de su libertad vigilada. El 14 de marzo de 2003, la autoridad supervisora pidió su arresto inmediato y el juez concedió la orden. Desde entonces, Villaverde quedó oficialmente prófuga para la justicia estadounidense. Su destino fue la Argentina, donde se instaló primero en Tigre donde se casó y se transformó en empresaria. Luego se divorcio y esta causa en Estados Unidos formó parte de los argumentos expuestos por su ex. Y más tarde se asentó en Cipolletti y Las Grutas. En Florida el expediente quedó paralizado.
Pasaron 14 años y medio de silencio judicial. Hasta que el 24 de agosto de 2017, la fiscalía federal en Florida se presentó ante la jueza Mary Scriven y retiró formalmente los cargos contra Villaverde, alegando el tiempo transcurrido sin avances. Dos años después, en marzo de 2019, las pruebas vinculadas a ella fueron destruidas. El caso se cerró en los papeles, pero no en la memoria: Villaverde carga con un pasado que nunca explicó con claridad y que hoy amenaza con convertirse en un escándalo institucional.
El pasado que vuelve sobre su banca
Villaverde es diputada nacional desde 2023 y senadora electa desde el pasado 26 de octubre por Río Negro, pero aún no pudo jurar por la presión opositora. Su entorno insiste en que "no tuvo drogas en su poder" y que todo fue una "historia desgraciada". Sin embargo, los documentos oficiales son contundentes: estuvo presa, fue declarada culpable, pidió clemencia, violó la libertad condicional y regresó a Argentina pese a la orden de detención.
Ante el panorama complejo que dificulta su jura como senadora, Patricia Bullrich decidió que su asunción no se trate la semana pasada en el recinto, cuando juraron los demás representantes de las provincias. Y solicitó que las impugnaciones vuelvan a ser tratadas por la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Mientras espera esa nueva reunión, Villaverde recibió de la Justicia Federal su diploma como senadora electa y luego enfrentó a la prensa rionegrina con la promesa de pelear por su banca hasta las últimas consecuencias y que renunciaría a ser diputada. Sin embargo un día después retiró el pedidó que había presentado a la presidencia de la Cámara baja.