La Municipalidad de Neuquén anunció una medida inédita y simbólica: destruirá 260 caños de escape antirreglamentarios que fueron secuestrados durante operativos de tránsito en distintos puntos de la ciudad. Se trata de dispositivos modificados, sin silenciador, que generaban fuertes ruidos y alteraban el descanso de los vecinos, especialmente durante la noche.
¿Dónde se realizaron los operativos?
Los controles se desarrollaron durante el primer semestre del año, con foco en los barrios Unión de Mayo, Isla 132 y Villa Farrel, entre otros sectores donde los vecinos venían reclamando por la presencia de motociclistas que circulan con caños modificados, emitiendo ruidos molestos y en muchos casos incurriendo en maniobras peligrosas.
Agresiones a inspectores y conducción temeraria
Varios de estos escapes fueron incautados en operativos de alcoholemia o tras episodios de conducción temeraria, en los cuales incluso se registraron agresiones hacia los inspectores municipales por parte de conductores que intentaban evitar el secuestro de sus vehículos o los controles.
"Hoy es un día muy importante"
El subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio, celebró la decisión y explicó el procedimiento: “Hoy es un día muy importante. Nos pone muy felices hacer esta destrucción de los escapes ruidosos secuestrados en los operativos de alcoholemia y contra la conducción temeraria. Son caños modificados a los que se les quita el silenciador, molestando durante la jornada nocturna e impidiendo el descanso de los vecinos”.
Baggio también detalló cómo será la destrucción de los escapes: “Lo que hacemos es apisonarlos con una máquina de grandes dimensiones, una especie de retroexcavadora. Ese metal se compactará. Vamos a destruirlos para no acumular estos caños de escape. Tenemos al resguardo este tipo de escapes”.
Una medida que apunta a la convivencia
La decisión de destruir estos caños no solo tiene una intención práctica (evitar su reutilización o acumulación en depósitos municipales), sino también un fuerte valor simbólico: reforzar la importancia de respetar las normas de tránsito, cuidar el ambiente sonoro y garantizar el descanso de la ciudadanía.
Con esta medida, la ciudad de Neuquén busca ponerle un freno a la contaminación sonora provocada por motos con escapes modificados y enviar un mensaje claro: no hay lugar para la conducción temeraria ni para quienes perturban la tranquilidad urbana.