En un país donde la palabra “planificación” suena a promesa incumplida, Neuquén se da el lujo de mostrar cifras que suenan fuerte. Este viernes, en el Centro de Convenciones Domuyo, el gobernador Rolando Figueroa y su equipo de Energía repasaron qué se hizo, qué está en marcha y qué viene para una provincia que, en plena crisis nacional, sigue sumando producción, inversión y obras.
La postal fue clara: ministros, subsecretarios, presidentes de empresas estatales y técnicos mostrando datos que, si fueran de otra provincia, sonarían a ciencia ficción.
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Más de 200 obras hídricas ejecutadas o en marcha.
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50 mil millones de dólares ya invertidos en Vaca Muerta.
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197 mil barriles de petróleo diarios y 112,8 millones de m³ de gas por día, récord nacional.
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140 mil kilómetros recorridos en inspecciones para cuidar que las cosas se hagan bien.
El ministro Gustavo Medele fue al hueso: “Maximizamos la productividad de hoy, pero pensando en los neuquinos que todavía no nacieron”. Habló de inspecciones, supervisiones y contratos que apuntan a algo que pocas gestiones se animan a decir en voz alta: planificar para el futuro, y no solo para la foto.
El jefe de Gabinete, Juan Luis “Pepé” Ousset, puso otra ficha: “Defendemos nuestros recursos para invertir en salud, educación, rutas, agua y seguridad. Neuquén tiene mucho, pero no es rica: depende de lo que hagamos ahora para que lo disfruten los que vienen”.
Entre las diapositivas, también hubo lugar para temas que suelen pasar de largo: transición energética, economía circular, protección de la biodiversidad, control de vertidos, monitoreo satelital y modernización de trámites para que las empresas rindan cuentas y la provincia cobre lo que le corresponde.
En minería, el dato no es menor: más producción, más empleo y un modelo que busca inversiones sin hipotecar el ambiente. Y en el plano empresarial, las firmas provinciales GyP, HIDENESA y CORMINE ejecutaron proyectos de gas, infraestructura y exploración con una premisa común: presencia en el territorio y gestión eficiente.
Sin discursos grandilocuentes pero con números duros, la reunión fue una rendición de cuentas en vivo. Un recordatorio de que el “modelo neuquino” no es una frase hecha, sino un esquema de trabajo que combina recursos, inversión y sostenibilidad… incluso cuando el viento nacional sopla en contra.