De acuerdo a un reciente informe de la Secretaría de Energía de la Nación en base a datos provistos por las compañías que actúan en el mercado, las ventas de nafta y gasoil al público retrocedieron en diciembre 5.67 por ciento respecto al mismo mes del año anterior y 1.66 por ciento si se contrapone con noviembre.
En lo que respecta a la demanda anual, las cifras oficiales confirman la recesión: -8.89% si se confronta 2024 con 2023.
En este comparativo, el producto de mayor retracción fue la nafta Premium, con una caída interanual del -18.76 por ciento; seguido por el gasoil tradicional, -13.13 por ciento; el diésel de menor cantidad de azufre, -6.45 por ciento y la nafta súper, -2.89 por ciento.
Las provincias que lideraron el retroceso interanual de ventas fueron Formosa con -27.17%; seguida por Misiones, -25,29%; Corrientes, -19.85% y Entre Ríos, -15.85%.
El relevamiento también resalta caídas significativas en otras regiones. Por ejemplo, la Provincia de Buenos Aires registró un retroceso del 7,17%, al igual que Neuquén (las ventas alcanzaron los 468.244,88 metros cúbicos y en 2024, 434.648,53); mientras que Catamarca y Chaco mostraron descensos de -7,38% y -12,11%, respectivamente. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la caída fue más moderada, con un -1,49%. En Río Negro, fue del -4,35% (536.142,95 metros cúbicos en 2023 y 512.834,21 en 2024).
Según el portal Surtidores.com, los actores del sector apuntan a varios factores que contribuyeron a esta situación: la pérdida de poder adquisitivo, los costos crecientes para los consumidores y una economía que aún no logra recuperarse del todo. A pesar de las esperanzas puestas en una estabilización de los indicadores macro, el mercado de combustibles sigue siendo uno de los más afectados por las fluctuaciones de la demanda.