Un bebé neuquino de tan sólo 40 días fue salvado por un policía, que le hizo una maniobra de las que se utilizan para evitar atragantamientos, porque se había quedado sin oxígeno tras ser alimentado por su mamá.
"La criatura se 'broncoaspiró' con la leche materna. Se quedó sin aire y su madre se desesperó. La intervención del policía fue clave porque permitió que el bebito recuperase la respiración, mientras se dirigían al hospital" relató Paula Iaquinta, la directora del nosocomio Aníbal Serra de San Antonio Oeste, en diálogo con Mejor Informado.
La ciudad se encuentra a 15 km del balneario Las Grutas, y allí están alojados, en casa de unos parientes, una joven oriunda de Neuquén de 25 años y su pequeño hijito.
"La chica, junto a su tía, cerca de las 2 de la madrugada de hoy salió con su vehículo en busca de ayuda, camino al hospital. Pero al ver al patrullero paró, y como la criatura ya no respiraba bajó desesperada, pidiendo auxilio" le relató a este medio Renzo Fortunatti, el comisario de la unidad 10°.
Una maniobra clave
"Allí el sargento primero Maximiliano Baamonde tomó al bebé, y le hizo una maniobra llamada de Heimlich, que es un procedimiento para desobstruir la vía aérea. Le puso el puño cerrado sobre el estómago y presionó hacia arriba y hacia abajo. Ese gesto, le permitió al nenito volver a respirar" se emocionó el comisario.
Tras ese procedimiento, lo llevaron rápidamente al hospital. Allí terminaron de reanimarlo, y quedó unas horas en observación, aunque completamente fuera de peligro.
Su mamá y su tía también fueron asistidas, porque la situación las dejó en estado de shock. Ambas fueron contenidas por el personal médico.