IDEAS TRANSFORMADORAS

La clave de la prosperidad no es el dinero

El especialista en educación financiera, Daniel Adler, nos brinda poderosos tips para transformar nuestra realidad con lo mucho o poco que tenemos.
viernes, 27 de agosto de 2021 · 08:50

¿Por qué deberíamos ser nuestros propios jefes? ¿Cómo un cambio de actitud puede abrirnos las puertas a la riqueza? ¿Quién administra nuestros activos? ¿Qué dice nuestra inteligencia financiera? Estas son algunas de las preguntas que el mentor en educación financiera, Daniel Adler, nos recomienda indagar para empezar a salir de nuestra zona de confort y entrar en la zona de acción. 

 

EL MENTOR

Daniel es un emprendedor serial. Tiene 46 años, dos hijas y cuenta con orgullo que trabaja desde los 8 años. Además de sus 38 años de experiencia laboral, vivió en el exterior donde fundó diversas empresas de distintos rubros. Mientras vivía en Ecuador, comenzó a formarse en Educación Financiera y a enseñar a sus propios empleados a administrarse y generar hábitos productivos para emprender sus propios proyectos.

Hoy vive en Argentina y es un ferviente defensor de la inclusión de la educación financiera en las escuelas y se dedica a ayudar a descubrir el talento oculto que subyace dentro de cada persona para monetizarlo a través de un emprendimiento. ¿La meta? Lograr independencia financiera, “la forma más segura de llenar nuestra heladera”, asegura.

En esta entrevista, nos deja picando unas cuantas potentes reflexiones que pueden cambiar la realidad de cualquier persona (con lo mucho o poco que tenga) y asegura que para ser prósperos en la vida hay que emprender; y para emprender, aprender es la cuestión.

Foto: Danile Adler, mentor y especialista en educación financiera.
 

EMPRENDER. ¿POR DÓNDE EMPIEZO? 

En tu portal dice: “Te ayudaré a imaginar tus posibilidades para cambiar tu realidad”. Es una promesa muy grande. ¿Cuál es el primer paso para cambiar la realidad de una persona?

Siempre lo asocio con el pensamiento. Dice el refrán que de la calidad de tus pensamientos dependen tus resultados. Entonces, el primer paso es eliminar el pesimismo que tenemos los argentinos, de pensar que todo va a explotar. La realidad es que eso no va a pasar. 

Hoy tu principal meta es incentivar a la gente para que se anime a emprender. ¿Por qué deberíamos hacerlo en un contexto económico  inestable y, muchas veces, adverso como lo es el de la economía argentina?

Justamente porque hacer nuestra propia marca y brillar con luz propia es la forma más segura de garantizarnos la estabilidad, y no trabajando en relación de dependencia. Ser nuestros propios jefes es la forma más segura de llenar nuestra heladera. ¿Por qué lo digo? Hoy en día, el promedio de trabajo de una persona es de 4 años en el mismo lugar y sabemos que después de los 38 años la posibilidad de ser recontratados disminuye drásticamente. Entonces, ¿qué mejor que emprender, ser nuestros propios jefes y trabajar por nuestros propios sueños?

 

Cada uno sabe qué es lo que más le gusta y lo que mejor le sale, o lo que la gente más le reconoce. Ése es el talento oculto que hay que monetizar.

 

Salir de la zona de confort no es fácil. ¿Por qué deberíamos estar dispuestos a llenarnos de problemas con un emprendimiento?

Porque estamos en un país muy potente, con gente muy inteligente y llenos de oportunidades. En Argentina hay 45 millones de potenciales consumidores. Entonces, sí estamos para emprender y los emprendedores debemos saber que tenemos que educarnos constantemente, ser resilientes y estar abiertos a los cambios; trabajar por construir nuestra propia marca e ir tras nuestros propios sueños y que la adversidad sea una caricia, más que un contratiempo, que nos dé un impulso adicional para a ser cada vez mejores, tanto como personas como emprendedores.

 

APRENDER, ES LA CUESTIÓN

Sos un ferviente impulsor de la idea de incluir la educación financiera en las escuelas. ¿Qué cosas se enseñarían en esa materia? ¿Por qué sería importante que así sea?

En todo el planeta no hay un solo país que tenga una cultura de educación financiera real. Hay mucha gente que habla de la inclusión financiera, de créditos, bancarización y toda clase de patrañas que a la gente no le sirven de nada; solo le sirven a los bancos y a los gobiernos para poder recaudar más. La educación financiera es otra cosa, es un conjunto de normas y procedimientos que nos hacen saber qué hacer, cómo emprender y cómo manejar nuestro dinero. Esas cosas no se enseñan en las escuelas.

Por ejemplo, saber que un activo es todo lo que adquiramos que nos ponga dinero dentro del bolsillo, y un pasivo es todo lo que nos saca plata. No hay punto medio. Entonces, saber determinar qué es un pasivo y un activo sería importante; o qué es una deuda positiva y una deuda tóxica, cuál es una inversión real o el IQ financiero de las personas (inteligencia financiera), etc.

 

A nivel mundial, el 95 % de las personas no tiene idea de lo que es la educación financiera, por eso solo el 5% de los seres humanos tienen el 95% del dinero que hay en el planeta. Y acá en argentina esa brecha es más desigual, la proporción es un 97/3 y ese 3 % tampoco adquirió educación financiera formal, más bien son hijos de padres millonarios que les fueron traspasando conocimiento.  

 

Si la educación financiera fuera un hecho en las escuelas, ¿qué cambio creés que veríamos en nuestra sociedad en 15 o 20 años?

Realmente veo una potencia mundial como la que fuimos en los años 20. ¿Cuántas crisis ya atravesamos y tantas veces nos levantamos? Y nos vamos a seguir levantando porque tenemos la experiencia, la materia prima, la resiliencia, solo nos falta un empujoncito, una buena política de estado que incluya una estrategia de educación financiera para los ciudadanos.

 

ES DE ARGENTO

Viviste muchos años en el exterior donde fundaste empresas de distintos rubros. ¿Por qué regresaste?  

Mejor dicho, por qué me fui. En el año 95, la economía familiar estaba muy mal y nos fuimos a vivir a Israel, de ahí a Ecuador. Pero por más que a uno le vaya bien, estar lejos es doloroso y uno siempre quiere volver a casa. Y para mí el lugar más lindo es la Argentina. Trabajé muchos años en el exterior y mucha gente pagaría por haber nacido en un territorio tan rico como el nuestro. Pero nos falta perseverancia, constancia y disciplina, y capacitarnos financieramente, tener rutinas y hábitos productivos que son los que marcan la diferencia en el tiempo.

¿Cuál es el error más frecuente que cometemos los argentinos en la administración de nuestras finanzas?

El primero es el diálogo interno negativo, escuchar noticias que realmente te paralizan el intelecto. El pesimismo que no es real, que se instala y nos lo creemos. Es una forma de ser que tenemos los argentinos. Y el segundo error, es que nos gusta darle el dinero a alguien más para que lo invierta, sea el banco, una financiera o un fondo de inversión. La estrategia es involucrarse uno mismo en sus finanzas. Una vez que se tiene un mango saber qué hacer con eso, en qué invertir.

 

Hay estudios que hablan de la neuroplasticidad cerebral que dice que si durante 3 segundos tenemos un pensamiento agudo negativo, ese pensamiento se transforma en una emoción y, por ende, en acción.

 

¿Cómo podemos cambiar esa mentalidad?  

Hay algo que a mí me ayudó muchísimo, se le llama “la hora de la victoria”. Básicamente, levantarse una hora antes del tiempo que tenemos estipulado y dedicar ese tiempo a planificar y pensar, lejos de distracciones electrónicas y dividir esos 60 minutos en bloques. Primero, con hoja y lápiz, escribir qué es lo que quiero, metas, objetivos, etc. Los siguientes 10 minutos, meditación; 10 minutos de visualización y otro bloque de 20 minutos de lectura. Y así, uno es una mejor versión de sí mismo todos los días y, al finalizar el año, vamos a ser 365 veces mejores.

 

“En 2015 comencé a incursionar en educación financiera, enfocada en los sectores más excluidos de la población, trabajando en la motivación, la creación de hábitos productivos y el crecimiento personal para luego llegar a la creación de marca personal. Esta participación incrementó la inclusión laboral y empresarial en un 61% de los participantes, con más de 1830 casos de éxito sobre una franja de 3000 voluntarios.

 

 

EL PODER DE LA MENTE

¿Cuál es, como decís en tus mentorías, "el activo más lucrativo del planeta" en el que deberíamos invertir?

Es nuestro propio cerebro. Es el que nos va a llenar de plata o el verdugo que nos va a llevar al fracaso. Y por eso tenemos que nutrirlo, justamente, con educación financiera, con formación, con libros. Tenemos que darle a nuestro cerebro directivas claras de cuáles son nuestros objetivos y cómo vamos a hacer que esos objetivos se vayan uniendo hasta lograr nuestra meta.

¿Por qué creés que te dedicás a esto y no a otra cosa?  

Porque creo que es el camino más acertado. Me dediqué a un montón de cosas, tuve negocios de seguridad, construcción, logística, farmacias, etc, y realmente creo que ser un mentor es algo que realmente ayuda a la gente. Creo que cada emprendedor o empresario debería tener ese compromiso de educar. Es fantástico cuando uno gana, pero es mucho mejor cuando uno hace ganar a los demás.

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