Sociedad

¿Qué lugar les queda a las monarquías?

En un mundo de influencers, bitcoins, información accesible al hacer click en una pantalla y países interconectados de manera invisible, ¿qué lugar les queda a las monarquías? 
miércoles, 15 de septiembre de 2021 · 15:12

¿Qué lugar les queda a las monarquías? Claramente este no es el escenario medieval de reyes investidos en autoridad divina. Sería absurdo hablar de nuestra actualidad como aquel espacio donde las genealogías de sangre determinaban privilegios, donde un solo individuo controlaba un imperio desde su despacho y donde tomaban lugar recurrentes guerras de sucesión, ¿verdad? 

Tal vez no. Quizás ese universo monárquico no esté tan lejos como creemos. Quizás, sólo quizás, deberíamos dejar de preguntarnos por qué algo que a nuestros ojos se presenta como obsoleto y anacrónico sobrevive hasta el día de hoy. En cambio, puede que sea hora de cuestionarnos si estos regímenes son realmente los elementos foráneos que creemos que son. Puede que no estén tan fuera de lugar como pensamos.

 

 

Recientemente, la cultura del entretenimiento ha experimentado un boom en la presencia de la realeza. Si hace unos años este tema solo respiraba en forma de cuestiones políticas o escándalos chismosos, hoy la monarquía trasciende el mundano interrogante de “¿Para qué sirven los reyes en el 2021?” Ya no debatimos únicamente el porqué de su existencia o de su abolición, sino que devoramos noticias de bodas, argumentos progresistas de algún monarca, o chismes y conflictos en las familias reales. 

Desde artículos periodísticos a libros, películas y series de televisión, de repente este parece ser el tema del momento. Los jóvenes conocen las últimas novedades de la Corona y siguen a la realeza en Instagram, atentos a sus consejos de moda. ¿Podemos atribuirle el mismo interés a la juventud de los siglos XIII, XV o XVII? Si algo es seguro es que esta súbita atención a las figuras reales constituye un verdadero fenómeno cultural. Sus inicios posiblemente yacen en la creciente presencia mediática de la reina del Reino Unido, Isabel II, y del casamiento Megan Markle y el ex-príncipe Harry. No obstante, en vez de debatir sobre las raíces de este movimiento, resulta interesante contemplar las razones de esta fascinación por los individuos detrás de la corona.

 

El detrás de escena

La Institutriz Real de Wendy Holden, una de las últimas novelas del sello Umbriel de Ediciones Urano, ilustra precisamente este punto. Reviviendo años de la infancia de la actual reina de Inglaterra, Holden trae a colación la historia de la institutriz que educó a Isabel II de una manera brillante y humana como nunca antes vista. 

En 1933, la joven Marion Crawford se convirtió en la institutriz oficial de las princesas Isabel y Margaret en el palacio de Buckingham. Además de proporcionar un atrapante recorrido por la historia de Gran Bretaña sin volverse necesariamente académico y factual, este libro combina la exhaustiva investigación con una adictiva historia de amor. 

 

 

 

La Institutriz Real es un acercamiento al “detrás de escenas” de aquella monarquía que ha ganado cobertura mediática en la última década. No se trata solamente de un libro con personajes complejos y genuinos, una prosa que endulza la mente y engancha a la audiencia o una trama en constante movimiento, sino también de una lectura que muestra la humanidad detrás de la corona y de los títulos. A pesar de no ser una guía de consulta autorizada y completamente fidedigna de la crianza de la reina británica, el trabajo de Holden constituye una perspectiva novedosa e indudablemente valiosa a lo cómo la realeza que vislumbramos actualmente ha llegado a ser lo que es.

¿Qué tienen que decirnos novelas como esta, o por ejemplo, la célebre serie de Netflix que ha obsesionado al mundo en los últimos años, The Crown? Sin importar cómo o cuándo ha nacido este interés por las monarquías contemporáneas, la realidad es que las preguntas sobre el pasado de la Corona, las razones de su supervivencia y la posible utilidad que posean en el siglo XXI constituyen cuestiones menores. Eso sí, estas cuestiones se encuentran lejos de ser irrelevantes; en cambio, no son el anzuelo que atrae a la audiencia de libros como La Institutriz Real. Cotilleos, noticias, debates, novelas, series, documentales y cuentas de Instagram cumplen un mismo propósito: mostrar a las personas detrás de las coronas. Es esa sensación de humanidad, esa posibilidad de conectar con seres humanos lejanos a nosotros pero al mismo tiempo cercano, lo que vuelve estos relatos tan atrapantes. Más allá de las evidentes distinciones, la realeza se siente más cercana en estos tiempos. Al fin y al cabo, por primera vez estamos en posesión de una lupa – ¿o un telescopio? – con el que observar y comprender a todo aquello que yace detrás de la palabra “monarquía”.

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