De una planta autóctona al placer, sin escalas

Por Maria Elena Baggio

Todo comenzó con un viaje, como suele suceder con los nuevos proyectos. En este caso de Buenos Aires a Bariloche. Allá llegaron en 2016 Victoria Sayago y Victoria Fernández, dos desconocidas que el sur unió y las volvió emprendedoras. Una es cineasta, la otra antropóloga; ambas son también profesoras de yoga, y el mismo año, casi como un llamado de la naturaleza, decidieron abandonar la vorágine porteña en búsqueda de un cambio de vida. 

Con intereses muy parecidos, una filosofía de vida que incluía nuevos hábitos personales y familiares y el deseo de conectar con experiencias reales de autoamor y autocuidado es que se encontraron, en lo que ellas cuentan: “una cita a ciegas”. “Nos conectó mi cuñada desde Buenos Aires, que nos conocía a las dos de distintos grupos y anticipó que nos llevaríamos bien”, cuenta Victoria. No se equivocó.

La amistad surgió rápidamente y entre largas y tendidas charlas a la orilla del lago se dieron cuenta que podían hacer algo juntas. “Las dos estábamos en procesos similares, con los hijos, nuestras parejas, la vida sexual, los cambios hormonales, y nos dimos cuenta que faltaban productos de cuidado íntimo femenino pensados por mujeres que nos hicieran más placentera la vida diaria”, describe Vicky. Enseguida se cargaron la necesidad al hombro y se pusieron a investigar. 

Emprender desde lo erótico

Estudiaron, buscaron, probaron. Todo lo que existía hasta ese momento eran lubricantes pensados con una visión heteronormativa, con ingredientes difíciles de distinguir. De hecho notaron que la mayoría de las mujeres accedía a su primer lubricante utilizando el sobrecito que traen algunos preservativos. Por lo que ir en esa dirección era el camino correcto. “La cosmética íntima se nos presentaba como algo que teníamos que explorar. No existía un lubricante natural especialmente pensado para la vulva, o un jabón para la higiene diaria que respete el ph de la vagina, y entendimos que incorporarlos como una rutina resultaba muy beneficioso para salud integral, asi que pusimos manos a la obra y nos metimos de lleno”.

Sello patagónico

Después de visitar una fábrica en Inglaterra en donde dos mujeres hacían productos íntimos naturales de alta calidad supieron que lo que ellas querían era crear productos eróticos naturales y sostenibles con sello patagónico. Para eso había que estudiar los beneficios de las plantas nativas de la zona. No valía importar, ni copiar. El diferencial era lograrlo desde su lugar, ¿podrían? “Cuando decidimos avanzar nos parecía algo inverosímil, teníamos claro el objetivo, pero ¿con quién lo haríamos?, ¿cómo produciríamos?”, resonaba en sus cabezas. 

Dicen que emprender es para valientes, hay que confiar y caminar. Y así lo hicieron, contactaron a otros emprendedores de la región, les contaron su proyecto y lograron hacer alianzas claves. La primera con una química con fábrica habilitada por ANMAT que también se dedica a hacer productos naturales, y la segunda con un productor de Esquel, que cosecha y produce en forma sustentable el aceite orgánico de Paramela. Una planta nativa de la zona andina patagónica que los pueblos originarios usaban por sus propiedades afrodisíacas y numerosos beneficios, como aliviar los dolores articulares y calentar el cuerpo. El resultado superó las expectativas.

LubriLove

“Después de 4 años de desarrollo hasta dar con la fórmula perfecta sacamos al mercado dos productos naturales innovadores”, cuentan orgullosas las Victorias. “Un lubricante íntimo que una vez que lo probas lo amas”, aseguran. De base acuosa, totalmente natural, con aceite esencial orgánico de Paramela, de fragancia muy sutil y textura sedosa. Que tiene además aceite esencial de lavanda, aloe vera y ginseng. Con activos hidratantes, sin parabenos, sin siliconas, y dermatológicamente testeado. Más un jabón íntimo en espuma, sin perfumes sintéticos, también con aceite de paramela, vegano, que respeta el ph de la vagina y es ciento por ciento natural.

Los dos productos están pensados y creados por mujeres con una perspectiva de respeto y cuidado amoroso del cuerpo y el medio ambiente. Están registrados en ANMAT y cumplen todas las normas de seguridad clínica. “Nuestra intención es crear consciencia de que es posible y necesario el autocuidado, que las personas con vulva necesitamos estos productos para potenciar nuestra vida erótica y también para incluirlos en los distintos cambios que transitamos a lo largo de la vida, como el posparto, climaterio y tantos otros, que requieren mayor nivel de hidratación y lubricación”, describen.

La propuesta, concluyen, “es crear un ritual íntimo, generar un hábito que se haga rutina y que con estos dos productos la vida sea más placentera y feliz”. ¿Te tienta?