Romance

Febrero es un mes para empalagarse...

Son días de verano y de romances imposibles, de perderse en la magia de un buen relato de ficción.
jueves, 24 de febrero de 2022 · 13:51

Febrero es un mes para empalagarse. Las películas de romance se suceden unas a otras en nuestras pantallas, elegimos un par de novelas para sofocar los días de calor, e intercalamos nuestra hambre de chocolates con decenas de historias de amor. Son días de verano y de romances imposibles, de perderse en la magia de un buen relato de ficción. Y en esta búsqueda por consumir cada vez más amor en series, libros y películas, Goodreads emerge como el sitio web predilecto. De hecho, esta plataforma para los amantes de la literatura compiló una lista con “las 20 mejores novelas de romance del 2021”, una especie de inventario paradisíaco destinado a brillar en el Mes del Amor. ¿Pero son acaso estos 20 libros realmente algo bueno? Al analizarlos con detenimiento, diversas problemáticas se vuelven evidentes. De hecho, parece que “las mejores historias de amor” de la segunda década del siglo XXI son en realidad bastante peligrosas.

Hace un par de años, estaba de moda glorificar a personajes masculinos posesivos, agresivos, territoriales y extremadamente celosos. Su toxicidad era leída como un acto de amor, y cualquier trazo violento era romantizado porque este hombre tenía la posibilidad de cambiar ante la protagonista femenina. Lamentablemente, este continúa siendo el caso de gran parte de las historias de amor adolescentes. After, Maravilloso Desastre, El Stand de los Besos, y A Través de mi Ventana son tan solo algunos ejemplos. No cabe duda de cuáles son los peligros eminentes de normalizar y romantizar estos escenarios tan violentos y tóxicos. Sin embargo, también parece haber una nueva versión de este “chico malo”. En vez de idolatrar abiertamente la toxicidad, el personaje masculino de los libros de amor se ha convertido en “el chico inaccesible”. Frío. Reservado. Cruel hacia la mayoría de la gente excepto con ella, la chica de la cual se terminará enamorando.

¿Cuál es el resultado de este nuevo engendro ficticio?

Primero, más actos de maltrato normalizados como si fueran amor. Pero es el segundo punto el que resulta más curioso, porque estos personajes masculinos también hablan para la audiencia masculina. Sí, es cierto que miles de chicas adolescentes devoran estas historias e internalizan “actos de amor” que en realidad son dañinos y problemáticos, pero también es verdad que los chicos adolescentes hacen exactamente lo mismo. En la ficción, estos “chicos malos” y “chicos sin sentimientos” consiguen a la chica. Tienen un final feliz. Es así que los jóvenes de hoy consumen estos relatos, juran saber que son tramas tóxicas que deben separar de la ficción, y siguen con sus vidas. Sin darse cuenta, y en yuxtaposición a lo que creen, internalizan una versión de lo que es y debe ser el amor. Una versión tóxica, con hombres que tienen prohibido mostrar sus emociones, y mujeres que creen que el acoso es romance.

En parte, esta peligrosa escena es justificada por la intensa, insaciable y predestinada atracción sexual entre los protagonistas. Aunque algunas novelas son más explícitas que otras, todas retratan al sexo como el fin último de sus narrativas, aquel momento en el que el amor realmente culmina, aquella instancia decisiva. Es allí que los personajes se confiesan sus sentimientos el uno por el otro, y no antes. La cama es el punto de inflexión. En “los mejores libros de amor del 2021”, siempre parece ser brutalmente obvio que dos personajes se atraen, lo cual termina difuminando todo lo demás. ¿Problemas de ira? ¿Mala comunicación? ¿Celos? Todo problema es opacado por el hecho de que desean terminar enmarañados en la cama.

 

Es este deseo sexual el que supuestamente justifica los comportamientos problemáticos de los personajes, pero también tiene dos ramificaciones igual de nocivas. Por un lado, este apetito sexual que aparentemente es imposible ignorar suele terminar en relaciones sexuales con poco consentimiento. Se da por sentado que ambas partes consienten el acto sexual, pero no se lee de manera explícita en la escena. Y el consentimiento siempre debe ser explícito. Por otro lado, esta atracción imparable a menudo conduce a que los personajes dejen lo que sea que estaban haciendo y tengan sexo sin preservativos. De este modo, las tensiones sexuales que condimentan un entretenido libro de romance terminan siendo usadas como justificaciones para escenas que comunican mensajes problemáticos a la audiencia.

“Sé que esto está mal, solo que es divertido de leer”, dicen los lectores. “Puedo separar la ficción de la realidad.” La verdad es que esto solo puede ser cierto de manera parcial. Los relatos que consumimos nos influencian inexorablemente, seamos conscientes de ello o no. Devorar cientos de páginas de ficción o decenas de minutos de romances en la pantalla inevitablemente implica que internalizamos parte de lo que vemos. Y en lo que concierne a “las mejores historias de amor del 2021”, estamos internalizando concepciones sumamente peligrosas de lo que es el amor.

 

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