Se cumplen 45 años del debut oficial de Los Redondos

Por Hernán Di Menna

La banda más emblemática del rock argentino, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, nació en La Plata en 1976. Corrían años tumultuosos en la Argentina, y en especial en el cónclave universitario por excelencia ya no de Buenos Aires, porque la conocida “Ciudad de las diagonales”, alberga desde aquellos años a estudiantes de todo el país. Los miles de jóvenes, muchos de ellos, politizados y militantes, volcados además en expresiones artísticas, comenzarán una resistencia ante el autoritarismo reinante.

Pronto se sabría lo peligroso y valiente de sus acciones, con miles de ellos desaparecidos. Esa incipiente rebeldía contaba en La Plata con performances musicales pero también poéticas, teatrales y circenses de una banda de amigos, con Solari y Beilinson a la cabeza, pero aún reunidos sin un nombre fijo. En sus primeros años tuvieron bastante intermitencia en sus presentaciones, pero a partir de 1982 empezaron a despegar, con una presentación en febrero en el Festival Pan Caliente en el club Excursionistas y la grabación de un demo. Progresivamente fueron deshaciéndose de los números teatrales, algo que terminaron de descartar tras su álbum debut, Gulp!, lanzado en 1985. A partir de allí quedaron conformados como una banda estándar de rock. 

Pero volvamos a los comienzos. Skay Beilinson, guitarrista y fundador de la banda, comenzó a ser perseguido por aquellos años y junto a su familia tomaron la decisión de exiliarse en Salta, intentando escapar de los tormentos que venían sufriendo. Así lo cuenta Skay en una entrevista con la revista Rock Salta: “La historia empezó en el año 76, que vino el golpe militar. La Plata se puso muy jodida, tuvimos dos allanamientos y nos salió la posibilidad de ir a Salta. Mi viejo había comprado unas tierras ahí con otra gente. Era a 300 kilómetros de la ciudad de Salta. Cuando llegamos y vimos lo que era eso... un delirio total. Estuvimos ahí en Salta viviendo casi tres o cuatro años”.

Y así detalla como cerró la fecha del show en cuestión: “Aprovechando que estábamos allá, recorríamos todo el Norte. Conocimos gente preciosa y les contábamos que teníamos una banda de músicos delirantes, que eran Los Redondos, que en aquel momento ni siquiera teníamos nombre. Entonces empezamos a buscar un lugar para hacer algo”.

Por su parte, el cantante de aquella banda de artistas delirantes, Carlos Indio Solari, relata en su libro de memorias, Recuerdos que mienten un poco: “Un día llegan Skay y Poli de Salta, donde administraban un campo de los Beilinson. Me vienen a ver, me dicen que quieren reunir a Los Redondos. Entonces nos largamos a hacer las primeras canciones... y estaban buenas, qué sé yo. Skay armaba las bases, yo hacía las melodías y ponía las letras (…) Yo seguía trabajando en una estampería de City Bell, y uno de nuestros clientes, a quien le vendíamos mucho, era el Mono Cohen, Rocambole (pronto será un actor principal de la historia, encargándose del arte de tapa de los discos y de la puesta en escena de los shows). El Mono tenía en La Plata un negocio que se llamaba Indra (…) como nos compraba mucho, le dábamos crédito. Pero un día se fundió. Y nos debía guita. Entonces dijo: Lo que sí puedo hacer es pagarles el micro para ir a Salta”.

En este delirante contexto, el grupo artístico emprendió camino a Salta, en un viaje lisérgico e iniciático. De aquella ruta camino al norte, Solari rememora: “Me vienen a la mente postales del viaje. Estábamos todos de ácido. En un momento me senté en una ventanilla, con la mitad del cuerpo afuera. Yo tenía un acullico en la boca y una botella de Criadores en la mano. Y abajo estaba el abismo, el puto precipicio”.
 

El Show

El escenario del debut fue un pequeño bar del microcentro salteño, llamado El Polaco, que estaba ubicado a pocos metros de la plaza principal de la ciudad. Según crónicas de la época, fueron dos presentaciones consecutivas, el 6 y 7 de enero.

La importancia que adquiere esta fecha, de la que se cumplen 45 años, toma su total dimensión en palabras del Indio en su citado libro de memorias editado en 2019. Así lo recuerda: “Ese fue el verdadero debut de la banda, porque hasta ese momento no habíamos hecho más que boludear. Y suponía un bautismo de fuego: era la primera vez que íbamos a tocar delante de un público que no estaba compuesto por amigotes (…) El bar donde tocamos se llamaba ‘El Polaco’ y el concierto en sí mismo fue un desastre. Había más gente arriba del escenario que abajo. Pero de todos modos armamos la clase de quilombo que era nuestra especialidad”.

Placa y homenaje

Hace 6 meses, allí donde estaba antes El Polaco, fans de la banda pintaron un mural y colocaron en la pared una placa conmemorando aquel episodio. Integrantes del colectivo "Una Obra Redonda", que homenajea a la banda desde la música y el teatro, fueron quienes tomaron la iniciativa. 

"La idea de colocar una placa nace de la necesidad de señalizar los lugares por donde pasó Patricio Rey, y Salta nos parece de los más importantes porque hay todo un mito detrás de ese viaje, que a veces los mismos protagonistas simplifican, dicen 'nos dijeron que había un bar para tocar allá y fuimos', y una banda formada en La Plata no hace un viaje en plena dictadura atravesando el país porque sí. Entonces ese bar nos parecía una piedra fundacional, tal como lo dijo el Indio en su libro", comentó a un medio local Fernando Casas, guionista y actor de Una Obra Redonda.

La misa ricotera no conoce de límites. El mito, y las sobradas muestras de incondicionalidad popular para con Los Redondos, cumplen 45 años. Y gozan de buena salud.