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Garrapatas: cómo proteger a tus mascotas antes de que sea tarde

Estos pequeños ectoparásitos pueden transmitir enfermedades graves en perros y humanos. Con la primavera y el calor, la prevención es clave: revisá a tu mascota, mantené limpios los espacios y aprendé la manera correcta de retirarlas.

Viernes, 19 de septiembre de 2025 a las 12:01
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Las garrapatas son un tipo de ácaros, exclusivamente ectoparásitos, que se alimentan de la sangre de otros animales. Pueden adherirse a nuestros animales de compañía y también a nosotros, los humanos.
Pertenecen a la familia de las arañas y los escorpiones. Tienen una anatomía particular, sus piezas bucales están adaptadas para penetrar en la piel y alimentarse de sus huéspedes. Los fluidos que deja en el área afectada pueden provocar la aparición de una roncha, molestia o picazón.
En humanos suelen adherirse al cuero cabelludo, detrás de la orejas y en el abdomen. Para desprenderla se recomienda la misma técnica que para sacar una astilla, con una pinza de depilar de punta fina, se sujeta la garrapata lo más cerca posible de la piel y se tira hacia afuera con suavidad y firmeza. No se  deben hacer giros para evitar romper las piezas bucales, tampoco utilizar calor, vaselina u otros aceites. Mucho menos productos químicos abrasivos. Una vez retirada la garrapata, se lava la herida con agua y jabón y se desinfecta.
En los animales buscan zonas cálidas, oscuros y con poco pelo. Entre los dedos y las patas, alrededor de la cabeza y las orejas, bajo el collar, en las axilas, las ingles y cerca o debajo de la cola.

Es importante revisar diariamente estas zonas y palpar el cuero del perro para detectar pequeños bultos, que pueden ser garrapatas, especialmente después de paseos al aire libre.
Las garrapatas están presentes en cualquier época del año pero prosperan con la llegada de la primavera y en verano.
Se ocultan en ambientes con vegetación alta, pasto, arbustos y malezas, especialmente en zonas sombreadas y húmedas, pero también pueden esconderse en el interior de las casas, en alfombras, muebles y ropas.
Tengamos en cuenta que pueden transmitir enfermedades y organismos potencialmente dañinos y pueden comenzar a hacerlo a las 24 hs. de haberse adherido, por eso la importancia de extraerlas lo más pronto posible.
Para realizar ésta tarea es importante que te coloques guantes, para evitar la propagación de infecciones o enfermedades.
El animal debe estar tranquilo y es conveniente contar con la ayuda de alguien más para tranquilizarlo,  distraerlo y acariciarlo. Si estuviera muy nervioso y excitado, es recomendable llamar al veterinario.
La forma de extraerla es igual que en humanos, con una pinza de depilar de punta fina, colocarla alrededor del arácnido lo más cerca posible de la piel, asegurándote de no pinchar accidentalmente al animal y tirar con un movimiento suave pero firme, asegurándote de sacarla completa, la cabeza también. Si involuntariamente quedaran la cabeza y las piezas bucales, esto podría provocar una infección que deberá controlar el veterinario lo antes posibles.

Nunca se debe aplastar o pisar la garrapata, una hembra puede albergar varios miles de huevos para depositar en una sola nidada. Se recomienda colocarla en un frasco con cierre seguro y luego quemarla para evitar que los huevos se esparzan sobre cualquier superficie.
Es importante prevenir la aparición de garrapatas en los animales controlando a diario su cuerpo, utilizando collares, pipetas o pastillas.
Erlichia y hepatozoon  son dos enfermedades que transmiten las garrapatas a los perros. 
La Erlichia es una bacteria que tiene la garrapata. Cuando chupa la sangre del perro durante 24 o 48 horas, la inocula en el animal. Es muy importante llegar rápido al diagnóstico, porque los síntomas son parecidos a otras enfermedades: fiebre, moco y conjuntivitis, típicos del moquillo, por eso suelen confundirse y pueden presentar ambas enfermedades a la vez asegura el médico veterinario Juan José Radesca. 
La Erlichia puede manifestarse en forma aguda o hacerse crónica, provocando cuadros graves como sangrado por la nariz, orina, materia fecal y hasta vómitos con sangre. Fiebre alta, decaimiento, pérdida de peso y dificultad para respirar, pudiendo provocar la muerte del animal.
El Hepatozoon es un protozoario, no una bacteria.se puede presentar junto con la Erlichia. El contagio se da cuando el perro se come la garrapata. También ataca los glóbulos blancos y altera las defensas, provocando dolor muscular, fiebre, alteraciones neurológicas, trastornos para caminar y articulaciones inflamadas entre otros síntomas.
Radesca insiste en la importancia de la prevención. Aplicar pipetas, pastillas, collares u otros métodos recomendados por un profesional y mantener limpios los ambientes donde se mueve o echa el animal.


 

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