El 2 de septiembre se conmemora el Día de la Industria Argentina, una jornada dedicada a reconocer a todos los trabajadores y sectores que conforman este pilar fundamental para el crecimiento económico nacional. Este día tiene sus raíces en un acontecimiento que data de casi cinco siglos atrás, mucho antes de la declaración formal de la República Argentina.
La fecha fue establecida oficialmente en 1941 para recordar un hecho ocurrido el 2 de septiembre de 1587, cuando se realizó la primera exportación desde el territorio que entonces formaba parte del Virreinato del Perú. La embarcación, denominada carabela San Antonio y comandada por Antonio Pereyra, zarpó desde el fondeadero del Riachuelo, en el puerto de Buenos Aires, con destino a Brasil.
La primera exportación: ícono de lo que sería el Día de la Industria Argentina
En su carga se transportaban productos autóctonos tales como telas, tejidos, bolsas y harina, junto con diversas materias primas. Sin embargo, existen teorías que sugieren que la nave llevaba también barras de plata procedentes de la región del Potosí, material que estaba prohibido transportar legalmente en esa época. Este hecho motivó que Juan Ramírez de Velasco, gobernador de Tucumán, denunciara la operación como ilegal.
A pesar de la controversia que generó, esta primera exportación marcó un hito para la industria local y el desarrollo económico regional, desafiando las restricciones coloniales vigentes. Fue el punto de partida para fomentar la producción nacional y ampliar la oferta laboral, sentando las bases para la futura economía argentina.
El crecimiento industrial del país atravesó distintas etapas a lo largo del tiempo. Entre 1880 y 1914, Argentina se destacó como líder en la producción y exportación de productos agrícolas, cerealíferos y ganaderos. Asimismo, el sector textil experimentó un avance significativo con la incorporación del sistema fabril, que combinaba telares mecánicos y maquinaria especializada.
Este proceso impulsó una migración desde las zonas rurales hacia las ciudades, debido a la creación de fábricas y nuevas fuentes de empleo. El aumento de puestos laborales en las urbes atrajo a gran parte de la población, transformando la estructura social y económica del país.
En la actualidad, entre las industrias nacionales más relevantes se encuentran la petrolera y minera, la electrónica de consumo y electrodomésticos, el sector textil y la industria automotriz, que continúan siendo motores clave para la economía argentina.