Por Carla Barbuto
Por estos días, cuando se habla de “Vaca Muerta” usualmente se alude a la explotación no convencional, se piensa en la zona de Añelo, se imagina trabajadores con mamelucos y cascos.
También hay quienes proponen pensar Vaca Muerta desde otro costado; desde sus cañadones rojo intenso, su vegetación esperanzada, sus asombrosos secretos paleontológicos o desde sus celestes reservas de agua. Hay quienes, como Diego Rovelotti, de Cicloturis Patagonia, proponen andar la zona en dos ruedas, admirar sus bondades y disfrutar la cara virgen del terruño.
El sábado 14 de septiembre, Diego organizó una salida de cicloturismo por la margen sur del Lago Barreales, a pocos kilómetros de Añelo, a pocos kilómetros de Plaza Huincul, y se sumaron 14 personas a la aventura. La idea fue, entre caminatas y tramos en bicicleta, descubrir rincones escondidos en los cañadones y acantilados; compartir unas horas con quienes sueñan con encontrar pequeños tesoros en el suelo; y disfrutar de una de las mejores razones de vivir en la Patagonia.
“La zona es hermosa desde lo paisajístico y lo paleontológico; hay unos acantilados impresionantes y, cuando terminamos, siempre comemos todos juntos en un momento de intercambio y socialización”.
“La actividad apunta al bienestar y la salud, no al deporte competitivo. Somos facilitadores para que la gente viva la experiencia. Muchas veces, la gente llega cansada pero llega. Si hay que caminar, caminamos”.
“La idea surgió pensando en el turista que llega a Neuquén y a veces no sabe qué hacer; o a los extranjeros que vienen por trabajo y el fin de semana se quedan colgados. Y la verdad es que hay muchos residentes que andan en bici y hoy nuestro cliente es el neuquino”.