NIDO BLANDO

La cosa más dulce

Hace unos 20 días que Benicio dejó el calorcito de la panza de su mamá para asomar sus ojos al mundo. Duerme como bebé en esa delicada cunita de madera, con el sueño profundo que habilita sabernos debajo del ala de quien nos cuida. Mientras él duerme, Fernanda y Jorgelina se las ingenian para hacer de su fotografía, un remanso de ternura.
jueves, 28 de noviembre de 2019 · 18:39

La imagen de Benicio, claro está, es una construcción, un escenario, una composición. Pero también, es algo mucho más profundo que eso: es entender que una imagen puede ser un tesoro invaluable que inmortalice uno de los momentos más importantes en la vida de una madre y un hijo: el nacimiento.

A eso se dedican Fernanda (34 años) y Jorgelina (33 años). Ambas estudiaron fotografía y se especializan en fotografía de familia, infantil y new born (recién nacidos). Desde 2016 son “Luz de Limón Fotografía”, un emprendimiento en el que el la luz, el encuadre y el color son minuciosamente aprovechados, y las emociones que experimentan durante cada sesión, inolvidables.

Aquí nos cuentan cómo se transita una sesión fotográfica entre fiaquitas, risas, llantos y sueños profundos.  

¿Cómo comenzaron con la fotografía de niños y bebés?

Cada una hacia otro tipo de fotografía. Nos nos conocimos estudiando Educación Especial y, a medida que íbamos afianzando nuestra amistad, comenzamos a pensar en qué nos gustaría hacer respecto de la fotografía. Así surgió el proyecto de hacer fotos juntas. Empezamos sin saber bien para dónde iba a ir el proyecto. Pero, luego de algunos trabajos, nos dimos cuenta que nuestro lugar estaba claramente con los niños. Nos gusta, nos emociona y por sobre todas las cosas nos divertimos haciéndolo.

Además de fotos, ¿qué más busca alguien que se acerca hasta ustedes?

La mayoría de las personas busca en esas imágenes recordar o guardar un momento que consideran especial en sus familias. Por nuestra manera de ser, conocemos muchas historias detrás de cada foto y sabemos qué las hace aún más especiales y hacemos hincapié en eso.

¿Y qué intentan brindarle ustedes a quien las elige?  

Por nuestra manera de trabajar nos divertimos nosotras, los niños, y hacemos partícipe a toda la familia. Creemos que eso se nota y, además, es algo que nos han dicho en reiteradas oportunidades: no sólo se llevan imágenes sino también el recuerdo de haber pasado un lindo momento, siempre dentro de un marco de responsabilidad.

“Cada foto es una historia”, ¿qué les dice esa frase?

Entendemos que, por experiencias propias y por el camino andado en la fotografía, las imágenes guardan mucho más que una “imagen”. Son etapas, momentos, instantes únicos e irrepetibles. Personalmente, nos pasa que al ver una foto recordamos la sesión, la familia, su historia. Es decir, recordamos lo compartido. Si para nosotras es así, cuánto más para quienes son protagonistas de las fotos, ¿no?

En el caso de fotos de recién nacidos, cada imagen es el retrato del comienzo de una nueva historia. ¿Qué les hace sentir retratar el inicio de la vida de las personas?

Para nosotras las sesiones de new born son de las más especiales. Ser parte y testigos de cómo una familia reinicia y se reconfigura, de cómo llega una nueva vida y todo se revoluciona, es hermoso. Es hermoso poder verlo y compartir ese momento. Pero también entendemos que es una de las sesiones que conlleva más responsabilidad, ya que aquí somos nosotras las que manipulamos las poses del bebé, su seguridad y demás aspectos técnicos. Por eso, siempre mencionamos la importancia de capacitarse para hacer estas sesiones. Hay técnicas y tips para cuidar al 100 a cada bebé.

¿Cómo se prepara el estudio para una jornada con un recién nacido (de entre 7 y 15 días de vida)?

El estudio siempre está ordenado, limpio y en la temperatura ideal para recibir niños. Pero, cuando son sesiones new born, es una preparación especial. El ambiente, sin importar la época del año, siempre está entre los 27 y 30 grados, entendiendo que los recién nacidos necesitan esa temperatura. Otro tema fundamental es la higiene del lugar, de los accesorios que usemos y de nosotras mismas ya que todo lo que entra en contacto con él bebe debe estar en óptimas condiciones. También nos ocupamos de que las telas, wraps y tejidos sean hipoalergénicos para no exponer al recién nacido. Y, aunque ellos son los protagonistas de nuestras sesiones, el estudio también se prepara para recibir a la familia. Creemos que es importante que se sientan a gusto ya que las sesiones new born suelen ser más extensas que otras.

¿Cómo es el detrás de escena con los bebés?  

En general, primero se habla con los papás para comunicarles una serie de recomendaciones previas a la sesión. Luego, se elige el vestuario y se viste al bebé. Después, entre mate y mate, la mamá se encarga de alimentarlo y, una vez llenito, somos nosotras quienes nos encargamos de dormirlo y posarlo, lo que lleva tiempo y paciencia. Comenzamos trabajando en el puff donde se realizan variedad de poses. Esto nos permite ver la flexibilidad de cada bebé y saber de qué manera nos va a permitir posarlo. Siempre intentamos consensuar con los padres acerca de colores, ropa y contenedores explicando cuáles consideramos que se pueden ajustar mejor a cada niño por su tamaño o flexibilidad. También nos gusta probar diferentes accesorios o colores para generar algo distinto en cada sesión. Pero todo depende de lo que nos permita cada bebé y de la inspiración que podamos encontrar ese día. A veces planeamos con anterioridad y otras, simplemente, las ideas surgen en el momento. Algunos, entre pose y pose o cambios de ropa, se despiertan y nos regalan sus primeros gestos que son parte de la esencia de cada bebé. Aunque tenemos un lineamiento de trabajo bastante establecido, con cada bebé la sesión siempre es distinta.

¿Y qué es lo más difícil de lograr?

Llegar a ese momento de sueño profundo que es el que nos permite trabajar más cómodamente. Muchas veces llegar a eso nos lleva más tiempo que la sesión en sí misma.

¿Cuándo saben que el trabajo está hecho?

A medida que fue pasando el tiempo fuimos conociéndonos y perfeccionando nuestras tomas. Hoy, podemos reconocer que una pose ya está lista para pasar a la siguiente y el flujo de trabajo es más rápido. A veces, una de nosotras asiste y la otra toma las fotos, y luego cambiamos roles. Sabemos que el trabajo está listo cuando tenemos las poses e imágenes que intuimos que transmiten lo que la familia quiere ver.

¿Recuerdan alguna sesión especial?

Recordamos, prácticamente, todas. Algunas nos dieron muchas risas y otras nos hicieron llegar a las lágrimas. Un caso especial para nosotras, porque compartimos momentos de llanto y la risa en cada encuentro, es el de una familia que en su primer sesión llegó una hora tarde. Estábamos a punto de cancelar pero al llegar fueron tan divertidos en sus disculpas que olvidamos rápidamente ese detalle y no podíamos trabajar de las risas que tuvimos ese día. Luego, cuando vinieron para su sesión de new born, las lágrimas fueron con un poco de angustia porque el bebe no se dormía y los papás se habían puesto un poco nerviosos. Entonces, priorizamos el bienestar de todos y reprogramamos para  otro día donde pudimos realizarla sin inconvenientes. Tuvimos otras sesiones más con ellos donde compartimos merienda, una torta que fue atacada por su niño en su sesión “smash cake” y ahora estamos esperándolos nuevamente para su segunda sesión navideña.

¿Qué es lo más lindo de fotografías recién nacidos?

Es una suma de cosas. Es la ternura, la estética, vivenciar con las familias este momento tan íntimo y emotivo. Es desafiarnos a conectar con cada pequeño en cada sesión. Ellos, con tan pocos días de vida, rápidamente te hacen saber con qué se sienten cómodos y con qué no. Nos gusta la adrenalina de reacomodar cada pose sabiendo que puede despertarse en cualquier momento y también reconocemos que hay un después luego de la devolución de cada familia con respecto al resultado completo de lo que fue su experiencia, que nos hace crecer día a día.

¿Qué es lo que quisieran que esos bebés vean en sus fotos, cuando sean grandes?

Quisiéramos que sepan lo importante que fue su llegada para la familia, la emoción y el amor en las miradas de quienes acompañaron la sesión y que tengan un recuerdo de cómo fueron sus primeros días de vida.

¿Por qué se llaman “Luz de Limón”?

Teníamos que buscar algo relacionado a la fotografía como la luz e intentar fusionar nuestros gustos y personalidades. Aparecían nombres como: Luz del Alma, (a ambas nos gusta Divididos – aclaran –), Verde Limón, no recordamos bien porque (risas). También intentamos con palabras sobre enfoque, arte, o con otras frutas hasta que nos dimos cuenta de que toda palabra queda bien con “limón”. Y así, con más diversión que lógica, desde el 2016 somos Luz de Limón.

Foto: Fernanda y Jorgelina.

 

 

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