Nidio Antiprincesa

Sabia resiliencia. Savia Tierra.

Un día como cualquiera, todo puede pasar: un mano a mano con la muerte, dolores impensados, cambiar de piel (literal), una y otra vez. “Hasta acá llegué” decía, y siguió. Y así descubrió la fórmula más importante de su vida con la cual crea soluciones maravillosas para la piel.
lunes, 26 de agosto de 2019 · 19:18

Por María Marta Martínez 

Fabrina es licenciada en Química. Hace unos años que se dedica a la elaboración de productos cosméticos, pero hace pocos que sus productos están elaborados con un condimento elemental: la emoción a flor de piel. 

Trabajando en sus fórmulas, tuvo un accidente. Se prendió fuego. Lo primero que atinó a hacer fue correr hasta la cochera del departamento en que vivía y revolcarse para taparse de tierra. Esa misma tierra que la cubrió aquel día es la que hoy la invita a inspirarse en la sabiduría de la naturaleza patagónica para crear fórmulas saludables para la piel, en su pequeña fábrica de cosmética sustentable, íntegramente desarrollada en Bariloche. 

Savia Tierra es su emprendimiento, y la sabia resiliencia su motor. Y esta  historia la contamos juntas.

Además de los beneficios para la piel ¿qué más nos propone Savia Tierra?

Más allá de ser cosmética noble, libre de tóxicos, sin testeo en animales y que los envases sean reciclables, lo más importante es el condimento emocional. Por eso empecé a contar mi historia, para que la gente conozca con qué fuerza emocional están hechos los productos. Cuando uno está convencido de que algo le va a hacer bien sin duda le va a hacer bien antes de que empiece a usarlo. Está estudiado científicamente. Uno tiene el poder de sanarse y facilitar la curación. Y eso es lo que propone Savia Tierra, saber que incluso antes de usarlos, ya te hace bien pensar en estar mejor.

¿Qué pasó entre "Productos de la Patagonia" y “Savia tierra”?

Fue un cambio que vino desde adentro. ¿Viste cuando te iluminas? Fue a raíz de haberme prendido fuego, a raíz de haber sentido que mi vida pendía de un hilo. “Productos de la Patagonia” representaba lo que yo era antes. Era una marca más, no tenía personalidad todavía. Y “Savia Tierra”  es lo que yo soy ahora, es el reflejo de mi persona, muy femenina, muy mamá, muy amorosa. Representa el “después” del accidente, mi renacer, resurgir, la resiliencia, ser mamá. Sin dudas nace después del accidente, pero más que nada con la maternidad. Ser mamá que fue tan fuerte para mí como haberme quemado. 

Emoción que cura. “Yo soy absolutamente responsable de lo que me pasó y de mi sanación. Sin toda esa pata emocional nunca me hubiese podido recuperar. A lo último, cursando la última etapa de la quemadura, donde ya no hay internación fija, es la parte más difícil porque estás solo en tu casa y que cierren las heridas depende solamente de vos. A mí no me cerraban, se me volvían a abrir. Y era por el enojo que todavía tenía. Una vez que entendí eso, fue cuando todo cerró. De eso sale Savia Tierra”.

Cuando pensás una nueva fórmula para un nuevo producto ¿cuánto hay de ciencia, cuánto de corazón?

Lo que más me gusta son las materias primas y las moléculas. Cuando estudiaba química las moléculas se me venían a la mente. Me iba a acostar y me daban vueltas por delante de los ojos. Cuando elaboro conozco esas moléculas, veo cómo dan vuelta en una emulsión, por ejemplo, e imagino cómo eso va a mis células y les hace bien. También me encanta ver las bondades que tiene cada materia prima, cada semilla, cada ingrediente y cómo van a funcionar en el cuerpo. Eso es muy fuerte a la hora de desarrollar el producto. Es creatividad absoluta, libertad y emoción. Y la ciencia tiene que estar porque sino la fórmula no se te junta. Pero si no tenés pasión, terminás haciendo lo mismo que el de al lado.

Todos quieren amor. “Entre nuevas fórmulas, desarrollos y pensamientos movilizadores se fue gestando Savia Tierra. Pregunté a la gente qué necesitaba, qué esperaba, qué querían y si bien lo principal fue armar una amplia línea para el cuidado facial, me di cuenta que lo que todas querían era amor, ser escuchadas y verse identificadas con la marca. Traté de olvidarme un poco del producto y pensar en la esencia, que Savia Tierra Patagonia refleje ese amor, contención, empatía, paciencia, ternura y respeto que todos me dieron a mi en este tiempo que fui atravesando”.  

¿En esa “cocina” que es tu laboratorio hiciste algún hallazgo?

Elaboré una emulsión fluida, muy fluida, que se pone con spray. Es algo que no está muy visto en el mercado. A mí me surgió como intuición que a la gente le iba a gustar y así fue. Fue bastante difícil porque siempre hay que usar materias primas certificadas que cuesta conseguir. Algunas empresas me escucharon, me abrieron sus puertas y me mandaron muestras sin cargo. Y probando y errando, como en la cocina, salió la emulsión fluida.

¿Creaste algo para sanar tus heridas?

Sí, la emoción… Lo que pasa es que cuando son tan profundas las quemaduras no hay nada cosmético que uno se pueda poner. En realidad debe recuperarse el cuerpo solo. A mí me entraban 3 veces por semana al quirófano para limpiarme las heridas para que el cuerpo cure solo. Me inyectaban células madres, me pusieron lo mejor de lo mejor, pero mis heridas no cerraban. Y no cerraron hasta que yo me deje de enojar, que lo acepté. Aprendí que uno sana con la emociones. Después sí, me ayudó mucho el aceite de rosa mosqueta y la crema de rosa mosqueta y caléndula.

Una crema para el dolor. “Una vez que ya tenía las heridas cerradas tenía muchos dolores en todo el cuerpo, sentía como cuchilladas, literal. Se llaman dolores neuropáticos y son porque los nervios están creciendo de vuelta pero desordenados y se van acomodando. Después de probar de todo, mi cuerpo ya no toleraba más fármacos, y un médico me dijo que por qué no me desarrollaba una crema con tal y tal insumo, entonces empecé a leer todo sobre eso. Y desarrollé una crema que nunca alcancé a usar. En el momento que la terminé, cuando ya estaba lista y envasada para llevármela a mi casa, ese día no tuve más pinchazos (risas). Mirá si no es emocional la cosa. Hoy es una crema que hago pero no la cobro, la doy a voluntad para quien la necesite”.

Hace poco habilitaron el código de barras para tu marca. ¿Qué implica?

Significó un crecimiento muy importante. Mucha prensa se interesó, nos dio mucha visibilidad. Y bueno, también implica profesionalizar el producto; que, por ejemplo, los puntos de venta, tengan una etiqueta fácil de pasar por los lectores lo cual facilita mucho todo. Y ahora, falta muy poco para que ANMAT nos de la habilitación para la fábrica de producción cosmética, próxima a habilitarse, y vamos a ser unos de los pocos en la zona en obtenerla. Eso también será muy bueno.

¿Qué te brinda la Patagonia para poder hacer lo que hacés?

Que mis productos sean de acá, ya tienen un plus de venta que no lo tendría en otro lugar del país. Eso fue decisivo a nivel marca. Y además tenemos un aceite de rosa mosqueta que es el oro que todo el mundo debería conocer. Hay un montón de plantas exploradas pero no profesionalizadas como la paramela o el pañil que son muy buenas para la piel pero no hay empresas grandes que las certifiquen. Y la Patagonia me da la libertad de si un día quiero, me voy al lago con mi hijo, estoy en la naturaleza, cosas que no da la ciudad. 

La mirada del otro. “Me tatué el 20% de mi cicatriz. La parte que se veía más fea y estaba más expuesta. ¿Por qué? Porque la mirada del otro, el dolor que le genera a la otra persona pensar qué hubiese hecho en mi lugar, generaba en mi retrocesos. Y encontré en ese tatuaje, que - aclaro que me lo quería hacer antes de quemarme-, una renovación. No quería tapar, quería disimular para que no sea lo que primero ve la gente cuando me mira. Me hice flores, una abeja, plantas autóctonas de la Patagonia, naturaleza”. 

 ¿Cómo es emprender desde la Patagonia?

Es difícil porque estando lejos de la gran ciudad la logística se complica. En mi caso, por ejemplo, las habilitaciones de producto son todas en Buenos Aires entonces tengo que viajar mucho. Estamos lejos pero a su vez, trabajar y tener un emprendimiento en la Patagonia te da mucha libertad. Abrís tu ventana y ves una montaña, manejas tus tiempos.

¿Cómo estás hoy?

Estoy en mi mejor momento. A nivel físico, tengo la mitad de mi cuerpo quemado pero recuperé el 99% de mi movilidad. De salud soy un 11. Siempre la tuve pero ahora soy mucho más consciente entonces me alimento muy bien y estoy bien de la emoción. Estoy transcurriendo mi segundo embarazo de forma impecable, pudiendo encontrar el equilibrio perfecto de la vida.

¿Qué mensaje quisieras que tu trabajo y tu experiencia le deje al mundo?

Más que al mundo, quiero darle el mejor ejemplo a mi hijo de que sí se puede, de que lo primero que hay que tratar es de ser feliz. Hay que elegir lo que uno quiere e ir tras ello. Y tenemos que empezar a creer más en la intuición, en la emoción. Tenemos el poder de sanar nosotros mismos, lo digo desde la ciencia y desde la experiencia, Yo lo he comprobado.

Un día cualquiera, el accidente. “Un 26 de febrero de 2015, a mis 28 años, sufrí un accidente donde me quemé el 30% del cuerpo. Aceite, agua y sustancias químicas calientes cayeron sobre mi cuerpo, los vapores de esas reacciones generaron una explosión y ahí estaba yo, de pie, mirando como el fuego empezaba a subir por la mano, quemaba el guante de látex y arrasaba con todo a su paso. Un fuego azul y verde intenso. Fue un segundo en el que mi mente tuvo que decidir si sobrevivir o entregarme”. El resto de su historia en #historiasavia  

 

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Como mejorar los sintomas de la rosácea 😊 💫Evitar el calor y el frío excesivo (cuidado con la calefacción muy fuerte y con el viento de invierno sobretodo en climas secos) 💫Disminuir consumo de alcohol si hay brotes o no se logran controlar los "calores" faciales. 💫Aplicar hielo húmedo (mojado) o frío, siempre ayuda. También tener los productos como el serum y la emulsion en la heladera. 💫Disminuir comidas picantes 💫Escuchar al cuerpo en los brotes. Reconocer emocionalmente cuando nos empeora y tratar de identificar por qué. La rosacea es una enfermedad de visibilizacion, nos queremos hacer ver pero nos da vergüenza, necesitamos que nos miren y nos escuchen pero tememos al fracaso o a decepcionar. Muchas veces, cuando decimos lo que pensamos a quien queremos (con respeto) o cuando comentamos nuestro parecer sobre temas que nos gustan y nos importan, estamos ayudando con los síntomas, por que cualquier afección en la piel es una manifestación del organismo y de las emociones. Somos un todo. No lo olvidemos! 💫Estos productos que nombro en el video no son específicos para pieles con rosácea, aún así, ayudan muchísimo usados en su conjunto y lo comprobé empíricamente con mi piel. Contame tu experiencia en los comentarios? 👇🏻

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