Último adiós

Casa velatoria para animales no humanos en el Alto Valle

La primera funeraria del país está en Fernández Oro
domingo, 15 de noviembre de 2020 · 00:21

Los pasos para su funcionamiento no fueron rápidos, ya que ni la provincia de Río Negro ni Nación contaban con normativa. Debieron tomar modelos de otros países como España y recibieron asesoramiento de una casa funeraria de México.

Celinda Molina y Néstor Pardo no dudaron en vender una casa y renunciar a sus trabajos para que su proyecto se hiciera realidad. Si bien ellos viven en Cipolletti, como no está habilitada la actividad, se instalaron en Fernández Oro y allí funciona “FIDELIS” la primera funeraria del país.

El matrimonio resalta que durante dos años trabajaron codo a codo con el Municipio, que los fue asesorando para abrir paso a la actividad en la Argentina.

Si bien en la región hay cementerios destinados a los animales de compañía, el servicio que brindan Celinda y Néstor es similar al que se realiza con una persona. Hay un trato especial, un velatorio con la posibilidad de llevar flores y después de la cremación, se entrega una urna con una placa diseñada por una joyería.

Lo que los motivó con éste proyecto, fue la triste experiencia que vivieron con dos de sus seres queridos, a los que tuvieron que despedir de la peor manera. “Cachilupi” murió en la mesa de operaciones cuando la intervinieron para extraerle un tumor. Su cuerpo se fue con los residuos patógenos, ellos sólo volvieron a la veterinaria a pagar. “Ñoqui”, el labrador chiquito que lloraba con los nenes cuando los retaban, fue enterrado en el patio de la casa familiar.

Celinda aclaró que cuando enterró a “Ñoqui”, desconocía que esa práctica estaba prohibida. Explicó que cuando el cuerpo entra en descomposición, contamina las napas de agua ya que en la ciudad hay muchas más perforaciones que en un campo donde sí está permitido hacerlo. También agregó que la contaminación es peor si el animal es “dormido” y que sus efectos pueden permanecer hasta un año sobre el terreno y llegar al césped. El manejo de los restos no es un tema menor para los responsables de “FIDELIS” porque de no tener éstos cuidados  se pueden generar grandes problemas.

El matrimonio y sus hijos no han dejado librado al azar ningún tema de la funeraria.

Celinda se capacitó en cuidados paliativos. Buscaron el asesoramiento de una empresa mexicana para desarrollar la normativa desde cero y estudiaron cómo diseñar un horno crematorio que cumpliera con criterios ecológicos.

Una vez que el proyecto comenzó a tomar forma tuvieron que tomar una decisión. Conseguir un socio para financiar lo que venía o vender una casa  y jugarse por lo creían. La decisión fue unánime, vendieron la casa y siguieron adelante.

Celina y Néstor aseguran que “FIDELIS” no es sólo un emprendimiento económico, sino que es la mejor manera de honrar a sus dos queridos animalitos que tuvieron un final indigno.

Actualmente la funeraria no cuenta con un espacio de cementerio, como otros en la región, pero es el próximo paso que darán para hacer más completo el servicio. En poco tiempo comenzarán a ofrecer un sistema prepago ya que la idea es crear una obra social integral que incluya el servicio fúnebre.

El servicio comienza con la búsqueda de la mascota, sea en la veterinaria, en una casa particular o en el lugar del accidente. El cuerpo se traslada en una cámara adaptada a una camioneta que puede ser refrigerada y en caso de ser necesario se aplica hielo seco.

Ya en la funeraria se dispone el cuerpo sobre una camilla de acero inoxidable y flexible para su correcta sanitización. Se corre la bolsa donde se encuentra el cuerpo para dejar la cabeza afuera  y de acuerdo a lo solicitado por la familia se pueden colocar arreglos florales a su alrededor.

A un horario pautado comienza el velatorio al que pueden asistir tanto personas como otros animalitos. Después de un tiempo estipulado se procede a la cremación que puede ser presenciada a través de un vidrio. En el proceso se pueden incluir las flores pero no elemento sintéticos, como los juguetes del animal, porque se respetan las restricciones ambientales que buscan reducir los residuos y emanaciones.

Finalmente se entrega la urna con los restos que cuentan con un certificado que garantiza que son inertes, por lo tanto no contaminan y así la urna puede pasar la frontera aérea o terrestre.

El precio del servicio funerario es de $ 12.000.- en el caso de un animal pequeño, se encarece un poco más si son medianos y en caso de tamaño grande el costo asciende a $ 15.500.-

“FIDELIS” es la primera sala velatoria en el país y está en Fernández Oro, aunque ya han adoptado la idea otras ciudades como Buenos Aires.

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