La participación de Argentina en el ráquetbol hizo un gran aporte al medallero de los Juegos Panamericanos de la mano de algunas deportistas nacidas en Bolivia que compiten para nuestro país. María José Vargas y Natalia Méndez no pudieron conseguir el oro al caer 2-1 ante las mexicanas Paola Logoria, Monserrat Mejía y Alexandra Herrera en la final de la disciplina por equipos, pero igualmente se calzaron la medalla plateada, que suma al total de cuatro preseas aportadas por el deporte en total.
La dupla Vargas-Méndez también fue parte de las conquistas previas, ya que el martes sumaron otra plata al caer 3-1 frente a las guatemaltecas (enlistadas como Atletas Independientes) Gabriela Martínez y María Renée Rodríguez. María José Vargas disputó ese mismo martes la final de dobles mixtos, en la que junto a Diego García sucumbieron 3-0 ante Adam y Erika Manilla, de Estados Unidos, quedándose también con la medalla plateada. Vargas también ganó la medalla de bronce en singles el pasado lunes.
La historia tanto de la dupla femenina como de Diego García guarda un rasgo particular, ya que los tres son nacidos en Bolivia pero se nacionalizaron argentinos para lograr su sueño de convertirse en profesionales del ráquetbol. El vecino país tiene una enorme cultura en este deporte, sin embargo la mayoría de los jugadores bolivianos deben emigrar al extranjero en búsqueda de apoyo en sus carreras porque la Federación no tiene los recursos suficientes.
Tanto Vargas como Méndez y García encontraron a través de la Asociación Argentina de Racquetball y el Enard la posibilidad de tener trayectorias sustentables y hoy aportarle a Argentina el fruto de su talento. María José, a sus 30 años, es madre de tres hijos y volvió a competir tras su último embarazo hace solamente un año. Natalia, de 26, es abogada y debió rendir un examen de su diplomado en Derecho Empresarial en la misma Villa Panamericana, entre los nervios por rendir y la previa de empezar a competir. Desde Bolivia llegaron, pero lucharon hasta el final por la celeste y blanca para dejarle cuatro medallas.