La Pandilla de Liniers volvió a mostrar con qué impunidad se maneja dentro de la institución. Una vez más, los "barras" mostraron su control absoluto dentro de la Villa Olímpica al irrumpir violentamente tras el último entrenamiento de la semana, en la previa del partido contra Rosario Central el lunes.
Después de romper la barrera de entrada y aprovechando que solo había en el lugar una empleada de seguridad, los barras llegaron hasta la entrada de las canchas de entrenamiento, donde aguardaron pacientemente que el plantel concluyera la jornada de trabajo.
Una vez concluida la faena de entrenamiento, los “barras” esperaron por algunos jugadores y se apostaron en inmediaciones de los vestuarios con el fin de entorpecerles el paso. Allí interceptaron solo a los referentes del equipo y pararon a Lucas Pratto, Lautaron Giannetti y Lucas Janson, en tanto el uruguayo Diego Godín, cuando vio la situación, decidió sumarse.
Mientras esto sucedía allí, la gente de seguridad dio aviso a la comisaría tercera de Ituzaingó para que se haga presente, no sólo por la rotura de la barrera sino por la posibilidad que el apriete pasara a mayores.
Los barras, que fueron identificados como Johnny y Ale, (el primero hermano de Raulo, jefe de la barra y el segundo su mano derecha ) empezaron con el reclamo de mayor compromiso, mientras los restantes “forajidos” cantaban “la camiseta de Vélez se tiene que transpirar”.
La reunión duró casi quince minutos, los futbolistas dijeron que estaban haciendo todo lo posible para sacar la situación adelante y en principio, la cosa quedó ahí. Pero se sabe que la barra de Vélez parece tener manejo total de las situaciones y se teme que si no hay resultados positivos en los próximos partidos la cosa pase a mayores.
No es la primera vez que la barra de Vélez arremete de esta manera contra su plantel, desde que Raulo es jefe de La Pandilla de Liniers. La apretada más recordada es la que sucedió en marzo de 2021 después de que Boca lo goleara por 7 a 1. Con igual “modus operandi” se aparecieron en el lugar de entrenamiento con el grito amenazante de “esto no les va a salir gratis”.