La Selección Argentina Sub-20 aseguró su lugar en la final del Mundial de Chile tras superar a Colombia por 1-0 en las semifinales, instancia a la que retorna tras 18 años. El próximo domingo, el equipo nacional se medirá ante Marruecos en busca del séptimo título que lo consolide como máximo ganador de la categoría. Enfrente volverá a haber un rival africano como hace poco más de 20 años, cuando un tal Lionel Messi brilló en la conquista del Mundial de Holanda 2005 en la final ante Nigeria.
Aquel duelo definitivorio se quedó del lado de Argentina por 2-1 con dos goles de penal de quien hoy es el capitán, máximo goleador y campeón del mundo con la Mayor. El astro rosarino fue el máximo anotador (seis conquistas) y gran figura del torneo, a pesar de que comenzó siendo suplente. El equipo dirigido por Francisco Ferraro en ese torneo logró el quinto campeonato para la albiceleste en la categoría. A pesar de comenzar con una derrota ante Estados Unidos, el equipo se repuso, avanzó como segundo en su grupo y labró su camino dejando en el camino a Colombia, España, Brasil y los nigerianos.
La final contra las Águilas fue un duelo intenso: Messi abrió el marcador desde el penal a los 40 minutos del primer tiempo, Nigeria empató a los 8 minutos de la segunda mitad, pero el astro argentino volvió a convertir de penal para asegurar el triunfo 2-1 y el título para Argentina. No solo se coronó campeón sino que también fue reconocido con el Botín de Oro tras marcar 6 goles en el torneo y se llevó el premio al mejor jugador, dejando una marca imborrable en la historia de los Mundiales Sub-20.
Este domingo, frente a un oponente que debuta en finales del mundo, los conducidos por Diego Placente tendrán la chance de volver a traer para el país un título al que nos habíamos "acostumbrado" desde mediados de los 90s hasta mediados de los 2000s y nos comenzó a ser esquivo desde 2007. Los antecedentes son positivos, pero todavía queda el paso más importante para una generación de futbolistas prometedores que quiere dejar su huella.