Argentina ya está lista. En la antesala del Final 8 de la Copa Davis, el conjunto nacional llega a Bolonia con la mira puesta en Alemania y con una certeza: no será un cruce más. El equipo de Javier Frana, único representante de América en esta instancia, tiene nombres, historia y una motivación extra: alcanzar las semifinales y celebrar su victoria número 100 en la competencia más emblemática del tenis por equipos.
Para este jueves, desde las 13, el capitán repite la fórmula que le dio resultado ante Países Bajos en septiembre. Tomás Etcheverry será el encargado de abrir la serie frente a Jan-Lennard Struff o Yannick Hanfmann, según la elección del capitán alemán, Michael Kohlmann. Un duelo que puede marcar el pulso del día.
Acto seguido llegará el plato fuerte: Francisco Cerúndolo, número 21 del mundo, chocará con Alexander Zverev, actual 3° del ranking, en un enfrentamiento de alto vuelo que promete ser el más explosivo de la jornada. Si todo queda igualado y la serie se define en el punto final, Argentina recurrirá a su dupla de confianza: Horacio Zeballos y Andrés Molteni, listos para medirse con Kevin Krawietz y Tim Puetz, una pareja que se conoce de memoria y que domina el circuito de dobles.
La Selección llega tras una práctica intensa en el SuperTennis Arena, donde el plantel afinó detalles técnicos y tácticos. Frana sabe que cada punto será clave y busca que el equipo esté fino en todos los aspectos para una serie que suele ser pareja y cargada de matices.
El historial juega a favor de Argentina por 7-3, aunque la última vez, en 2019, el triunfo quedó del lado alemán en Madrid. Hoy, en Bolonia, vuelven a cruzarse nombres conocidos: Struff, Krawietz y el propio Zeballos repiten presencia en una rivalidad que siempre deja algo.
Para llegar hasta aquí, Argentina superó un año de desafíos: una serie dramática en Noruega y un golpe de autoridad ante Países Bajos. Alemania, por su parte, viene de dejar en el camino a Israel y Japón con autoridad y con Zverev como bandera.
La cita está marcada. Argentina juega por historia, por orgullo y por un boleto a las semifinales. Y en una Copa Davis que siempre exige un plus, el equipo nacional quiere que Bolonia sea el escenario de otro capítulo grande.