El fútbol argentino está de luto. Este domingo se confirmó el fallecimiento de Omar Souto a los 73 años, una figura fundamental dentro de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que se desempeñó como Gerente de Selecciones Nacionales durante más de tres décadas. Conocido cariñosamente como “Papúa”, supo ser un engranaje clave en la logística, organización de la Selección desde la era de Julio Humberto Grondona hasta la actualidad, aunque su nombre pasará a los libros de historia por ser una pieza fundamental en la carrera de Lionel Andrés Messi.
La noticia fue comunicada por la AFA a través de sus redes sociales, destacando su compromiso inigualable. “Con enorme pesar y tristeza, la Asociación del Fútbol Argentino informa el fallecimiento de Omar Souto, histórico Gerente de Selecciones Nacionales de Argentina,” expresó la entidad.
En simultáneo, el propio presidente de la casa madre nacional, Claudio Tapia, se sumó al dolor. “Sobran las palabras para agradecer todo lo que hiciste y diste por nuestra Selección. Siempre vas a ser un ejemplo. Te vamos a extrañar mucho“, escribió.
Si bien Souto fue un pilar en la organización diaria, su nombre quedó grabado en la historia de la Selección por su gestión crucial para asegurar que Lionel Messi vistiera la camiseta de Argentina. A fines de 2003, cuando la dirigencia de AFA fue alertada sobre la existencia de un joven talento que deslumbraba en Barcelona y que era seguido de cerca por España, Papúa puso en marcha la operación para blindarlo.
La historia de Souto con Messi
Souto fue el hombre que tomó la responsabilidad de la misión contrarreloj: contactar a un tal Lionel Messi que brillaba en La Masía. La anécdota, narrada por el propio Souto en diversas ocasiones, refleja la determinación de esa búsqueda. Desorientado sobre el nombre real del jugador (creía que “Leo” era el diminutivo de “Leonardo”), Souto recurrió a la vieja usanza: fue a un locutorio en Monte Grande, pidió una guía telefónica de Rosario y comenzó a llamar a cada apellido Messi hasta dar con la abuela, quien le facilitó los contactos que lo llevarían hasta Jorge Messi, padre de La Pulga.
Al presentarse ante Jorge en España y preguntarle por “Leonardo”, el padre de Messi corrigió el nombre y respondió con una frase que ya es leyenda: “Al fin lo van a convocar. Mi hijo quiere jugar con la Selección Argentina” Ese llamado fue el inicio de la relación formal entre el astro y AFA, para que el paso siguiente sea la organización de partidos amistosos para que Messi quedara fichado bajo el registro de la FIFA.
Reconocido por los planteles, los cuerpos técnicos (desde Pekerman hasta Scaloni) y los dirigentes, Souto era el hombre de confianza que aseguraba que la logística en el predio de Ezeiza y en cada viaje internacional fuera impecable. Como broche de oro a su extensa trayectoria, hace apenas un mes, en octubre, fue homenajeado de manera emotiva durante una Asamblea Ordinaria de la AFA, un reconocimiento que hoy toma un valor aún mayor.