Hace 44 años, en el circuito de Zolder, Bélgica, el santafesino Carlos Reutemann logró lo que hasta hoy sigue siendo la última victoria de un piloto argentino en la Fórmula 1. Con su Williams FW07C, el “Lole” se impuso en un Gran Premio marcado por tensiones, accidentes y discusiones sobre seguridad. El piloto largó desde la tercera posición y, con una actuación impecable, superó a sus rivales y cruzó la meta en primer lugar, firmando su duodécima victoria en la categoría.
La carrera, sin embargo, estuvo lejos de ser una celebración pura. Días antes del GP, un mecánico del equipo Osella fue atropellado y falleció, lo que puso en jaque la continuidad del evento. La tensión era palpable y varios pilotos criticaron la organización. En medio de ese clima adverso, Reutemann no solo ganó la carrera, sino que también se posicionó como uno de los firmes candidatos al título mundial, aunque terminaría ese año como subcampeón detrás de Nelson Piquet.
Colapinto en Imola: la ilusión de volver a ganar
Hoy, la esperanza argentina tiene otro nombre: Franco Colapinto, el joven piloto de Pilar que brilla en la Fórmula 2 con el equipo MP Motorsport. Este fin de semana corre en Imola, un trazado legendario que también forma parte de la historia del automovilismo mundial. Mientras busca sumar puntos clave para su futuro, muchos en Argentina se ilusionan con verlo en la F1, devolviendo la bandera celeste y blanca a lo más alto del podio.
El legado de Reutemann sigue vigente, pero la nueva generación ya está en pista. Colapinto representa una conexión entre el pasado glorioso y un futuro que se sueña cercano, donde un argentino vuelva a pelear, vuelta a vuelta, por la victoria más codiciada del automovilismo mundial.