El paso de Florinda Meza por La mañana con Moria dejó mucho más que una entrevista televisiva: reveló un costado inesperado de una historia de amor que marcó a toda una generación. Bastó que Moria Casán hiciera una de sus preguntas sin anestesia para que la actriz se animara a hablar de la intimidad que compartió con Roberto Gómez Bolaños, un territorio del que pocas veces se permite hablar con tanta franqueza.
Todo empezó cuando la diva lanzó, sin rodeos: “¿Cuándo te puso horizontal?”. La respuesta de Florinda Meza descolocó al estudio: “Pasó mucho tiempo”, dijo, con una mezcla de pudor y honestidad que atrapó al público desde el primer minuto. Moria insistió para despejar cualquier duda: “¿En la cama, mi amor?”, y ella confirmó con un simple “Sí…”, marcando el tono íntimo que iba a atravesar todo el bloque.
A partir de allí, la actriz reconstruyó aquella primera noche que compartió con “Chespirito”, un recuerdo que describió como “muy romántica, para mí fuera de lo común porque él era un hombre veinte años mayor que yo”. No hubo exageraciones, sino una mirada tierna hacia un vínculo que nació en los años 70, creció entre giras, proyectos y mudanzas, y resistió escándalos, crisis e incluso el paso del tiempo.
Moria, fiel a su estilo, quiso ir más lejos todavía y disparó: “¿Lo destrozaste? ¿Le hiciste un striptease?”. La respuesta llegó seca y directa: “No”, un gesto que provocó risas detrás de cámara y que mostró, a su manera, la elegancia con la que Doña Florinda siempre defendió su relación con Roberto Gómez Bolaños.
Lejos de la caricatura que millones conocen, Meza mostró una versión más humana, íntima y reflexiva. Habló sin dramatismo, sin buscar épica, pero dejando claro que la historia que compartió con Gómez Bolaños fue más profunda que cualquier ficción: un amor que sostuvo silencios, esperas, diferencias de edad y una vida entera juntos hasta su muerte en 2014.
La entrevista terminó sin escándalo, sin golpes bajos y con algo mucho más potente: la sensación de que Florinda Meza eligió, por un instante, desnudar un capítulo que guardó durante años, y que sigue defendiendo con la misma lealtad que tuvo mientras Roberto Gómez Bolaños estaba vivo.