Boca volvió a decepcionar en casa y la Bombonera explotó. Luego de la eliminación ante Independiente por el Torneo Apertura 2025, los hinchas estallaron de bronca. Los cánticos contra la dirigencia bajaron con fuerza desde las tribunas, y todos los ojos se posaron sobre el palco presidencial. ¿Qué hizo Juan Román Riquelme? Nada. O casi nada.
El presidente del club, observado por cámaras y miles de celulares, permaneció en silencio mientras tomaba mate, con una expresión imperturbable. Gesto de póker, sin sobresaltos, mientras su apellido era abucheado y coreado de forma negativa por buena parte de la parcialidad xeneize.
“¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!” y “¡La comisión se va a la p… que lo parió!”, fueron los dos gritos más repetidos tras el pitazo final, en un clima caldeado que ya se venía sintiendo desde partidos anteriores. El enojo, que había tenido un pico frente a Lanús y Alianza Lima, esta vez tuvo como centro total a la figura de Román y su Consejo de Fútbol.
El gesto del que todos hablan en Casa Amarilla
La imagen recorrió redes y medios: Riquelme sin emitir palabra, tomando mate como si nada pasara mientras la Bombonera ardía de bronca. Un gesto que no cayó bien entre varios hinchas que esperaban al menos una señal, una reacción o alguna muestra de autocrítica tras un nuevo golpe futbolístico.
Con la derrota por 1-0, Boca quedó eliminado en cuartos de final del Apertura, y el clima es cada vez más espeso. La paciencia se agota y, por segundo partido consecutivo, la hinchada apunta directamente contra la cúpula dirigencial. La Bombonera, que arrancó cantando como en cada noche copera, terminó convertida en un hervidero de frustración, insultos y reproches.
A Riquelme, que asumió la presidencia con la promesa de volver a las bases, cada vez le pesan más los resultados. La imagen de un ídolo que alguna vez emocionó con la pelota, ahora divide y genera polémica desde su rol de máximo dirigente.
Los próximos pasos serán decisivos. Con Mariano Herrón ya sin margen como técnico interino, Boca deberá definir su futuro deportivo, con el Mundial de Clubes como objetivo en el horizonte. Pero para eso, antes, deberá calmar el incendio interno que, una vez más, tiene a Román en el centro de la escena.