Ramón Díaz no necesita presentación. Campeón como jugador, multicampeón como técnico y habituado a desafíos de alto voltaje. Esta vez, el “Pelado” cruzará nuevamente el charco para hacerse cargo de Olimpia de Paraguay, un gigante dormido que atraviesa horas grises y necesita alguien con espalda y con historia de hazañas.
El club paraguayo, máximo ganador del país y con tres Copas Libertadores en su vitrina, vive un presente poco decoroso. Viene de cerrar un Torneo Apertura lejos de la cima, sin torneos internacionales en agenda y con un arranque flojo en el Clausura. La derrota del último fin de semana fue la gota que rebalsó el vaso: Fabián Bustos, con pasado en Cipolletti y de reciente paso por Ecuador y Brasil, se fue por la puerta de atrás.
El ex técnico de River, que ya dejó su huella en el Millonario con múltiples títulos locales y aquella Libertadores inolvidable de 1996 con Enzo Francescoli como bandera, asumirá su tercer ciclo en el fútbol paraguayo: ya había dirigido a Libertad en 2020 y a la Selección de Paraguay entre 2014 y 2016. Ahora, se pone el buzo de Olimpia con una sola misión: levantar al “Decano”.
El argentino de 65 años llega con experiencia fresca: dirigió al Corinthians de Brasil hasta abril de este año, donde dejó buenos números: 60 partidos, 31 victorias, una semifinal de Sudamericana y el título del Campeonato Paulista 2025. También supo pasar por Arabia, México, Brasil, Egipto y Emiratos Árabes.
Con esta designación, Díaz dirigirá al club número 13 de su carrera. Llegará a Asunción en las próximas horas para estampar la firma y ser presentado ante los medios y los hinchas. Y fiel a su estilo, ya tiró la primera frase que hizo ruido en suelo guaraní: “Vamos a devolverle a Olimpia el prestigio que se merece. Este club tiene que pelear arriba siempre”.
El “bombero de lujo” ya está en camino. Y en Paraguay, más de uno empieza a creer que el Pelado puede volver a hacer magia.