La estadística habla sola: solo dos veces en el fútbol argentino se anuló un gol en una de las áreas y, en la continuidad de la jugada, se sancionó penal en la otra. En ambas ocasiones, el beneficiado fue el mismo: Barracas Central.
La más reciente ocurrió este fin de semana, en un partido cargado de tensión entre Racing y Barracas Central. En tiempo de descuento, la Academia marcó un gol que fue anulado tras intervención del VAR. La jugada retrocedió varios segundos en el tiempo y, para sorpresa de todos, el árbitro sancionó penal… ¡pero a favor de Barracas! Como si el terreno se hubiera inclinado de golpe, el fútbol argentino presenció una decisión que reescribió el partido en tiempo real.
¿Casualidad? Todo indicaría que no.
Una jugada casi idéntica ya había sucedido en julio de 2022, cuando Patronato visitaba a Barracas. En ese encuentro, el árbitro Jorge Baliño, también a instancias del VAR, anuló un gol legítimo del conjunto entrerriano y, segundos después, cobró un penal para Barracas. Otra vez, la polémica favorecía al equipo presidido históricamente por Claudio “Chiqui” Tapia, actual presidente de la AFA y exdirigente de… Barracas Central.
La repetición de estos fallos ha generado un nuevo término en los pasillos del fútbol argentino: el “Efecto Barracas Central”, o incluso, con mayor ironía, el “Efecto Chiqui Tapia”. No se trata solo de errores arbitrales. Se trata de una secuencia de beneficios sistemáticos que coinciden con el crecimiento meteórico de Barracas en la era Tapia.
Desde su llegada a Primera División, el club ha sido protagonista de múltiples escándalos arbitrales. Y aunque los errores humanos son parte del juego, las coincidencias —cuando se repiten— dejan de serlo.
El VAR, herramienta tecnológica que prometía transparencia y justicia, se ha transformado, en estos casos, en el centro de la sospecha. La credibilidad del fútbol argentino, golpeada por años de desmanejos y favoritismos, vuelve a estar en tela de juicio.
¿Puede un club tener tanta suerte dos veces? ¿O estamos ante un patrón que se repite por causas más profundas?
Mientras tanto, la pelota sigue rodando. Pero cada vez que el VAR se enciende y Barracas Central está en cancha, el fútbol argentino contiene la respiración.