El duelo ante el Real Madrid dejó algo más que una derrota para el Sevilla. El partido terminó con expulsiones, reclamos encendidos y sanciones que generaron ruido en Andalucía. Matías Almeyda, entrenador del conjunto sevillano, fue expulsado por protestar de manera airada y recibió apenas una fecha de suspensión, mientras que la peor parte se la llevó Marcao, castigado con seis partidos fuera de las canchas.
El técnico argentino fue amonestado dos veces por sus reclamos al árbitro: la primera durante el desarrollo del encuentro y la segunda en el túnel rumbo a los vestuarios, en el entretiempo. Esa secuencia le valió la tarjeta roja y la posterior sanción, que le impedirá estar en el banco en el próximo compromiso frente a Levante, el domingo 4 de enero.
Tras el partido, Almeyda no ocultó su enojo y apuntó directamente contra el arbitraje. “No soy un payaso de circo, tengo historia en el fútbol y como hombre. Cuando falta humildad ya no hay espacio para conversar y convertimos el deporte en otra cosa”, disparó en conferencia de prensa, dejando en claro su malestar por la falta de diálogo.
Sin embargo, el golpe más duro para el Sevilla llegó con la sanción a Marcao. El defensor brasileño fue suspendido por seis fechas luego de haber sido expulsado y, según el informe arbitral, haber insultado al juez mientras se retiraba del campo de juego. Desde el club salieron a respaldar al jugador y sostuvieron que el exabrupto no fue dirigido directamente al árbitro, sino lanzado al aire en un momento de bronca.
La diferencia entre las penas no pasó desapercibida y abrió el debate puertas adentro. Almeyda cumplirá una fecha y volverá rápido, pero perder a Marcao durante seis partidos representa un problema serio en la estructura defensiva del equipo.
En Sevilla sienten que el castigo fue excesivo y que el contexto del partido no fue tenido en cuenta.