Opinión

La calma de enero

La presencia del Estado es muy fuerte en la vida de los ciudadanos; desde la salud pública y la educación pasando por la generación de empleo (en sus distintos estadios) hasta concluir en las pensiones y jubilaciones todo tiene que ver con el presupuesto público. El neuquino es un estado omnipresente en la vida de sus comprovincianos y es uno de los pocos que sobrevivió a la poda vida vivida en la década de los noventa cuando la oleada neoliberal arrasó con bancos y cajas de jubilaciones. Neuquén se mantuvo estoica y parada sobre sí misma.
domingo, 12 de enero de 2014 · 04:39
La primera semana del año concluye sin grandes novedades en el terreno político y los de tema de agenda pública siguen siendo los mismos desde el último bimestre del año que pasó. Seguramente en febrero ocurrirá lo mismo. Es recurrente y será así a lo largo del año, el reclamo por la mejora  salarial en sector público y la demanda de mayores recursos  para las distintas prestaciones del Estado son sin dudas el pilar de las demandas básicas de la sociedad neuquina.
 La presencia del Estado es muy fuerte en la vida de los ciudadanos; desde la salud pública y la educación  pasando por la generación de empleo (en sus distintos estadios) hasta concluir en las pensiones y jubilaciones todo tiene que ver con el presupuesto público. El neuquino es un estado omnipresente en la vida de sus comprovincianos y es uno de los pocos que sobrevivió a la poda vida vivida en la década de los noventa cuando la oleada neoliberal arrasó con bancos y cajas de jubilaciones. Neuquén se mantuvo estoica y parada sobre sí misma. Algo que los vocingleros sindicalistas no reconocen ni asumen. Sufrió en su territorio el desguace de YPF y tras cada pacto fiscal que imponía el Gobierno Central asumía mayores obligaciones y menores recursos. Pero nunca dejó a nadie a la intemperie. Cuando se protesta y se reclama se debería tener en cuenta el beneficio de inventario.
Algo así debió de haber razonado el gobernador Sapag cuando días atrás divulgó por medio de la oficina de comunicaciones del gobierno una severa advertencia sobre los límites al reclamo. En alusión a los dirigentes sindicales sostuvo que "Tienen que entender que el piquete, el corte de ruta, la toma de edificios públicos, la toma de una destilería, la toma de un aeropuerto o cortar un puente son hechos gravísimos que no los puede realizar un delegado sindical por más fuero sindical que tenga. Quien comete un ilícito penal no está amparado por un fuero sindical. No hay fuero que los ampare para destruir la provincia de Neuquén o destruir la sociedad neuquina”. En boca de alguien como Sapag que priorizó la paz social y la gobernabilidad por sobre encima de otros objetivos, estas palabras suenan como truenos.
Pero esa será de aquí en más la línea del gobierno, fundamentalmente preparándose para el conflicto "estacional” del comienzo de clases. Es fácil imaginar el argumento de los docentes ¿cómo puede ser que un policía gane más que un maestro? Y de ahí en más imagínese el lector cual será la deriva. Hay que esperar, a lo mejor el gobierno tiene respuesta. El año pasado no fue así y el gobernador amenazó con una consulta popular para limitar el derecho a huelga en los servicios esenciales del Estado. Citó entonces el antecedente de Rafael Correa en Ecuador. Después Sapag hecho un manto de olvido para la consulta. ¿Seguirá en el olvido?
Preocupación
También en las mismas declaraciones el mandatario expresó su preocupación por la incomprensión de quienes tienen responsabilidades de conducción en los gremios y convocó a los dirigentes sindicales a comprender que "el manejo de ciertas variables macroeconómicas no dependen del Estado provincial, y que por dicho motivo el presupuesto provincial debe construirse entre todos; no podemos tener un desequilibrio entre ingresos y egresos como tenemos hoy y profundizarlo, porque lo peor que nos puede pasar es no poder cumplir con las obligaciones a fin de mes”, advirtió.
La preocupación por el déficit ha dejado de ser una cuestión hipotética y se ha convertido en una cuestión concreta. Hasta aquí el modelo de gobernanza había dado resultado hoy es deficitario y eso obliga al gobierno a asumir posturas antipáticas y cierto costo político. Los gremios vienen mal acostumbrados, ahora deberán adaptarse a la nueva realidad. Así y todo el gobierno ha estado cerrando acuerdos salariales que implican aumentos de hasta el 40 por ciento. Qué alguien explique si es posible sostener este nivel incrementos y si semejantes cifras no son para asustar a cualquiera. Ahí reside la principal preocupación del gobierno, hoy el presupuesto 2014 es un dibujo desactualizado. Luego de la asonada policial de diciembre hay que actualizar todas las referencias, las económicas y también las políticas. Ya nada volverá a ser igual que antes.
Desafortunadas
Así sonaron las declaraciones del Jefe de la policía. El Comisario General Raúl Laserna durante el acto de asunción de la plana mayor de la institución, por momentos su discurso ante los miembros de la institución parecía un discurso de barricada. Dureza que llega tarde porque los hechos ya fueron consumados y también es tarde porque a la hora del conflicto fallaron los reflejos. El gobierno se enteró tarde y mal de lo que estaba pasando dentro de la fuerza en los días de diciembre cuando se gestaba la rebelión. Por estas horas es más recomendable seducir que amenazar. Por supuesto que esta es "una” opinión y por consiguiente tiene toda su carga de subjetividad. En casos similares –hablando del conflicto policial de diciembre- la cúpula policial hubiera sido descabezada una vez resuelto el conflicto. El comisario General Laserna tuvo todo el apoyo político del gobierno y conservó su banca política, no debería especular con eso ni abusar de su fortuna.
Enero vino con calma pero este 2014 promete tempestades.
M.E.G.


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